El Ministerio de Energía avanza en la investigación de la falla que dejó a oscuras al país.
SANTO DOMINGO. El gobierno todavía no puede decir con certeza qué fue lo que falló. La investigación sobre el apagón nacional que paralizó al país la semana pasada avanza, pero las causas concretas siguen siendo un rompecabezas por armar.
Este viernes, el ministro de Energía y Minas, Joel Santos, compareció para ofrecer un primer parte técnico. Lo hizo rodeado de los responsables de las principales entidades del sector. La conclusión principal es que el trabajo apenas llega a un 65% de su desarrollo. No hay atajos; determinar el origen de una falla en un sistema tan complejo exige paciencia y datos, muchas datos.
“Evitamos las interpretaciones simplistas”, advirtió Santos, subrayando que no se trata de buscar un único chivo expiatorio, sino de reconstruir la cadena de eventos que, en cuestión de segundos, desplomó la red nacional. Para ello, el comité técnico a cargo tiene entre manos más de un millón de registros técnicos, una masa de información cruda que las empresas generadoras han proporcionado.
El proceso es meticuloso. Analizar esa ingente cantidad de datos les tomará hasta el próximo viernes. Solo entonces, con un diagnóstico sólido sobre la mesa, podrán empezar a redactar un informe preliminar que, calculan, estaría listo para compartir con la ciudadanía en unas dos semanas.
El mensaje oficial es de rigor técnico y transparencia. Santos reiteró que no se escatimarán detalles cuando existan resultados verificables. Sin embargo, la lentitud del proceso refleja la profunda vulnerabilidad del sistema. El objetivo declarado es claro: entender lo sucedido para aplicar un plan de mejoras que fortalezca una red que mostró, una vez más, su fragilidad.
Mientras tanto, el país espera. A la espera de una explicación que vaya más allá de la anécdota y señale responsabilidades y soluciones de fondo. La promesa de transparencia deberá cumplirse con hechos, no solo con palabras.
