El 60% de la población está lista para pedir productos financieros a neobancos o apps, revela TransUnion
Santo Domingo– La relación entre el consumidor dominicano y el dinero está cambiando radicalmente, dejando atrás la exclusividad de las sucursales físicas. Más de la mitad de la población, un contundente 60%, está dispuesta a solicitar un préstamo o una tarjeta de crédito a través de canales puramente digitales, incluyendo la creciente oferta de fintechs y los emergentes neobancos.
Esta es la conclusión más relevante que arroja el reciente Estudio Consumer Pulse de TransUnion correspondiente al segundo trimestre de 2025. El informe no solo confirma la madurez digital del mercado, sino que también señala una apertura significativa hacia alternativas financieras más ágiles, accesibles y eficientes, especialmente evidente entre los consumidores de ingresos medios y aquellos que tradicionalmente han estado al margen de la banca tradicional.
La migración hacia lo digital se acelera
Los números son elocuentes sobre la velocidad de esta transformación. Un 42% de los encuestados planea obtener un préstamo o una tarjeta de crédito de un banco digital en el próximo año, mientras que otro 18% se decantaría por una fintech.
Aunque los bancos tradicionales aún mantienen una cuota de confianza y fidelidad —un 35% de los participantes afirmó que recurriría a su entidad de siempre—, las nuevas plataformas tecnológicas están ganando terreno con rapidez.
La conveniencia de los servicios 24/7, la experiencia de usuario simplificada y la eficacia de los procesos digitales son los principales motores de este cambio. Las plataformas digitales, sumando fintechs (5%) y bancos digitales (12%), ya concentran una intención de uso considerable.
Danilda Almanzar, Country Manager de TransUnion República Dominicana, lo resume con claridad: “El crecimiento de las fintech en el país refleja una transformación del ecosistema financiero. Representa una demanda creciente de soluciones digitales más inclusivas, las cuales aportan de forma considerable al desarrollo de la inclusión financiera, especialmente en sectores no bancarizados, pequeñas empresas y zonas rurales”.
Inclusión y los retos del fraude
El camino hacia la inclusión financiera se está pavimentando con herramientas sencillas y accesibles. Las billeteras digitales, las cuentas bancarias virtuales y los productos de pago se han convertido en la principal puerta de entrada para acercar servicios a quienes, a pesar de usar celulares inteligentes y redes sociales a diario, no tienen acceso a la banca tradicional. Esta realidad convierte la ola digital en una enorme oportunidad para modernizar la forma en que se prestan los servicios financieros.
Sin embargo, este crecimiento exponencial viene acompañado de nuevos y serios desafíos. El riesgo de fraude digital ocupa un lugar destacado. A pesar de que no todos los usuarios que reciben mensajes fraudulentos caen en la trampa, el aumento de intentos de estafa subraya la necesidad urgente de fortalecer la educación financiera y digital en todos los segmentos de la población.
Asi, la expansión de las fintech y la banca digital es imparable y positiva. No obstante, para garantizar una transición segura y sostenible hacia este nuevo modelo financiero, es imprescindible que este avance vaya de la mano de marcos regulatorios sólidos, estrategias de ciberseguridad robustas y programas de educación dirigidos que protejan al consumidor en este entorno cada vez más conectado.
