Con 82 años y tras vencer a la enfermedad el artista español recibe el tributo que merecía hace décadas
NUEVA YORK.-La Academia Latina de Grabación saldó una deuda histórica. Raphael, el artista incombustible, multigeneracional y dueño de un catálogo musical estratosférico, fue honrado como Persona del Año 2025.
Como bien señaló Enrique Bunbury al entregarle el galardón, la distinción "podía haber sido el Person of the Year de cualquier año de cualquier década".
No obstante, este ha sido un año especial, marcado por el regreso triunfal del artista a sus 82 años, apenas seis meses después de tener que retirarse temporalmente por la aparición de un tumor cerebral.
En el teatro del hotel Mandalay, poco antes de las ocho de la tarde (hora local), el jiennense —con algo de ayuda y notablemente emocionado— hizo su entrada, rodeado de su esposa, Natalia Figueroa, y su familia. El ambiente, inicialmente de aplausos respetuosos, pronto se transformaría en una ovación atronadora, en un coro de vivas y bravos que resonó tras el desfile de actuaciones.
La elección de Raphael como "gran leyenda de la música latina" fue justificada por Manuel Abud, el CEO de la Academia, quien destacó su compromiso y su trayectoria. El orgullo y la emoción del homenajeado fueron patentes; a lo largo de la velada, sus ojos se mostraron vidriosos y temblorosos, reaccionando a cada video, mensaje y versión musical.
De “Yo Soy Aquel” al milagro del escenario
La noche comenzó con un viaje al pasado. Un jovencísimo Raphael Martos Martínez se presentaba en un video de homenaje, recordando su pasión incontrolable por el canto. El montaje recordó sus 350 discos de oro y el de uranio (fue el primer artista en recibirlo), sus incursiones cinematográficas y sus históricas actuaciones en Estados Unidos en los años sesenta.
La música tomó el escenario con Enrique Bunbury, vestido de verde oliva, interpretando la mítica Yo Soy Aquel. Pronto se unieron generaciones. El mexicano Carín León, figura del regional mexicano, demostró la conexión atemporal del artista con Ahora y una hermosa versión de Toco Madera.
Uno de los momentos cumbres llegó de la mano de David Bisbal, quien, tras unirse a Elena Rose en En carne viva, protagonizó un emotivo Como yo te amo. El almeriense bajó a la mesa de Raphael, se sirvió una copa de vino y le cantó la estrofa mirándole a los ojos, en un gesto sincero que hizo llorar a Natalia Figueroa. Bisbal, mentorizado por el homenajeado, le agradeció públicamente un legado de "disciplina, esfuerzo y sacrificio".
Otros talentos como Pablo López, Fito Páez, Silvia Pérez Cruz, y la nueva estrella Aitana, quien se emocionó hasta el llanto al cantar frente a él, demostraron la vigencia del cancionero de Raphael. Aitana resumió el sentimiento de toda una generación: "Has sido la banda sonora de toda mi vida".
El final festivo y bailable lo trajo el Caribe: Willy Chirino, Eddy Herrera y Víctor Manuelle, quienes, al son de Escándalo, bajaron a la mesa para poner a "su amigo Raphael" a rumbear.
Finalmente, el premio fue entregado. Bunbury lo definió como "personaje porque interpreta las canciones como si le fuera la vida en ello" y destacó su increíble capacidad de adaptación y su "radar para nuevas generaciones".
Raphael, con una sonrisa inmensa y los ojos llenos de gratitud, tuvo la última palabra: "Habéis hecho de mí la persona más feliz del mundo. Gracias por entender mi arte, si lo tengo, gracias por estos años maravillosos". Y por supuesto, cerró la noche cantando Qué sabe nadie, Mi gran noche y Como yo te amo, despidiéndose con el aplauso que nunca cesa.

