Pekín desafía a Nvidia y AMD con un procesador que revive la computación analógica sin perder precisión.
La supremacía de la computación digital, basada en la eterna danza de unos y ceros, podría estar contada. China acaba de asestar un golpe sobre la mesa tecnológica que reabre una frontera cerrada por la informática hace décadas. Un equipo de la Universidad de Pekín ha anunciado la creación de un chip analógico capaz de superar hasta mil veces el rendimiento de las tarjetas gráficas (GPU) más potentes de gigantes como Nvidia y AMD.
El hallazgo, publicado el pasado 13 de octubre, tiene el potencial de transformar por completo el futuro de la inteligencia artificial y las redes de comunicaciones 6G, al ofrecer una velocidad y una eficiencia energética nunca antes vistas en el hardware moderno.
Este nuevo procesador rompe radicalmente con el modelo digital. Está construido con memorias resistivas de acceso aleatorio (RRAM) y, en lugar de procesar datos discretos, trabaja con corrientes eléctricas continuas. Este principio fundamental le permite realizar cálculos directamente en su hardware, eliminando la dependencia de memorias externas.
El resultado del nuevo chip es drástico: un consumo energético reducido y la eliminación del temido cuello de botella que hoy limita la velocidad de los chips digitales más avanzados.
Según los investigadores chinos, el dispositivo logró igualar la precisión de los procesadores digitales consumiendo cien veces menos energía. Tras una optimización quirúrgica, el rendimiento superó con creces al de la GPU insignia Nvidia H100 y a la AMD Vega 20.
"Los resultados demuestran que la computación analógica puede recuperar protagonismo y, esta vez, sin sacrificar exactitud”, aseguraron los autores del estudio.
El asalto a los límites del silicio
La computación analógica no es nueva; es una idea que se remonta a miles de años. Sin embargo, su histórica falta de precisión la relegó al olvido con el ascenso del dominio digital. El avance chino sugiere que esa debilidad finalmente ha sido superada.
Los expertos explicaron que, ante la creciente demanda de datos y la complejidad geométrica de los modelos de IA, las arquitecturas digitales están tocando techo. "Nuestro enfoque ofrece un rendimiento mil veces superior y una eficiencia cien veces mayor que los procesadores digitales más avanzados, sin perder precisión”, afirmaron, subrayando la magnitud del salto técnico.
El chip ha demostrado ser especialmente efectivo en entornos de comunicación de alta exigencia, como los sistemas MIMO masivos, esenciales para la infraestructura de la red 6G. Su diseño es doble: combina un circuito para los cálculos ultrarrápidos con otro que ajusta los resultados para garantizar la máxima exactitud.
Lo más relevante para el mercado es que el chip se fabricó utilizando procesos comerciales estándar, lo que lo acerca notablemente a la posibilidad de una producción en masa.
Este desarrollo técnico posiciona a China como un actor dominante en la nueva carrera tecnológica global, intensificando el debate en Estados Unidos sobre las restricciones a la venta de hardware avanzado a Pekín.
El propio Jensen Huang, director ejecutivo de Nvidia, ya advirtió que impedir estas exportaciones "perjudica más a Estados Unidos que a China". Con este golpe, China no solo da un salto técnico, sino que ha abierto una nueva era en el equilibrio tecnológico mundial.
