Pero la vida da muchos giros y resulta que el día menos pensado los ricos se endeudan en sus negocios, quiebran y fracasan.
De que la vida da muchos giros en todos los seres humanos, nadie lo puede negar.
O de que nacemos, crecemos, vivimos y un día nos vamos a la otra dimensión eterna.
Si gozamos y disfrutamos en ella (en la vida), dependerá de nuestros propios valores humanos, de lo que nos enseñaron nuestros padres, maestros y guías en varias disciplinas.
Claro, para algunos que nacieron en la riqueza, se criaron y maduraron en ella, la vida puede parecerles un jardín lleno de rosas, de árboles, frutos, alimentos y joyas.
Para las grandes mayorías, cuya pobreza es puntual y similar, el mundo no es el mejor, aunque lo entiendan sin protestar.
Pero la vida da muchos giros y resulta que el día menos pensado los ricos se endeudan en sus negocios, quiebran y fracasan, yendo a parar algunos al presidio o al suicidio. Tal y como vinieron al mundo.
Los pobres, sin embargo, ni fracasan ni quiebran pues carecen de negocios., ni anhelan o trabajan solo para tener equipos, utensilios, maquinas o ‘cosas’ materiales. Como no las conocen ni las necesitan para ‘sobrevivir’, no les hacen falta.
A los ricos les hace falta consumir langostas, camarones, bistec, salmones, quesos y jamón serrano, mientras a los pobres no, pues al no conocerlos, no les hacen falta.
¿Y cuáles viven más tiempo en la tierra entre ricos y pobres, y con menos sufrimientos, estrés y desazones? Pues los pobres.
¿A qué se debe esa superficial respuesta? A que los pobres caminan y trabajan más que los ricos., toman más sol que los ricos., consumen menos alimentos y menos enlatados., y cuando se ‘tiran’ a conciliar el sueño en donde sea, de inmediato se juntan con su Dios y sus antecesores.
Los ricos, en su gran mayoría, solo duermen pocas horas y con aire acondicionado, pues solo piensan en su dinero, en su ‘progreso’, en sus finanzas y nunca en un final tan certero.
Los pobres hasta comparten el mísero desayuno o almuerzo con familiares, vecinos y amigos, sin pensar en el desarrollo. Los ricos solo comparten las órdenes para agrandar ingresos.
Los ricos emplean a los pobres para aumentar sus ingresos, aunque los cancelan o ‘botan’ cuando ya no les son útiles o cuando deben entregarles ‘altas prestaciones laborales’.
(Los ‘chinos’, en cambio, emplean personas hasta que concluye el plazo de fijarlas, para no tener que pagar liquidaciones.) Aunque las vuelvan a emplear de nuevo. Y eso que los chinos dizque son comunistas.
Yo entendí desde niño eso (alrededor de los ocho años ya ayudaba a mi padre en sus faenas diarias para buscar el pan de cada día), junto a mis hermanos varones. Quizás por eso nunca amé ni perseguí el dinero, ni usé malas artes para tratar de conseguirlo. Por eso soy pobre todavía.
Sin embargo, nunca he criticado ni critico a quien es rico por herencia honrosamente ganada o trabajada, aunque sí a quienes ‘politiqueando’, ‘chivateando’, hablando bien de los malos y mal de los buenos, falsificando documentos y otros desaguisados, se han hecho ricos y poderosos en unos pocos años, robando los recursos de un pobre pueblo digno de más y mejor educación, de más y mejor agua potable, de más y mejor energía eléctrica.
Yo solo aspiro a seguir siendo honrado, solidario y agradecido.
Noviembre de 2025.

