La ‘Declaración de Santa Marta’ evita nombrar a EE.UU. a pesar de la controversia por sus ataques mortales en el Pacífico y el Caribe.
SANTA MARTA, Colombia. — Los líderes de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) concluyeron este domingo la IV Cumbre CELAC-UE con un acuerdo para estrechar lazos en la crucial lucha contra el tráfico de drogas. Sin embargo, el encuentro, celebrado en Santa Marta, Colombia, quedó enmarcado por una soterrada, pero clara, reivindicación del Derecho Internacional en un momento de alta tensión regional.
La cumbre, que congregó a representantes de unos 60 países a ambos lados del Atlántico, culminó con la firma de la ’Declaración de Santa Marta'. En este documento, los bloques "abordaron la importancia de la seguridad marítima y de la estabilidad regional en el Caribe" y coincidieron en la "relevancia de la cooperación internacional, el respeto mutuo y el pleno cumplimiento del Derecho Internacional, incluso en la lucha contra el crimen organizado transnacional y el tráfico ilícito de drogas".
El pronunciamiento cobra una relevancia inmediata dada la controversia generada por los recientes ataques de Estados Unidos contra supuestas narcolanchas en aguas del Caribe y del Pacífico. Aunque la declaración evita mencionar directamente a Estados Unidos, el contexto es ineludible. Desde septiembre, Washington ha intensificado los bombardeos contra estas embarcaciones, bajo el argumento de que transportan sustancias ilícitas.
No obstante, Naciones Unidas y diversas organizaciones humanitarias han condenado estos ataques —que han dejado unos 70 muertos—, describiéndolos como ejecuciones extrajudiciales.
Una oposición clara al uso unilateral de la fuerza
Pese al silencio estratégico, los dos bloques expresaron su firme "oposición a la amenaza o al uso de la fuerza y a cualquier acción que no sea conforme con el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas". En lugar de la confrontación, manifestaron su "compromiso de fortalecer los mecanismos de diálogo, coordinación y asistencia técnica" para abordar los desafíos de seguridad.
La declaración reafirma la adhesión a los principios fundacionales de la ONU, destacando la "igualdad soberana de los Estados", el respeto a la integridad territorial, la independencia política, la no intervención en asuntos internos y el arreglo pacífico de las controversias.
Adicionalmente, los líderes destacaron su "apoyo al proceso de paz en Colombia" y reconocieron los esfuerzos de la CELAC para consolidar la región como una Zona de Paz, comprometida con la solución de conflictos a través del diálogo y la cooperación.
Es importante destacar que no todos los países avalaron la totalidad del texto. Los gobiernos de Argentina, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá, Paraguay y Trinidad y Tobago se desligaron de varios de estos puntos, mientras que Venezuela se desvinculó de la declaración completa, que abarca 52 puntos.
En lo referente al conflicto en Ucrania, el texto pidió un alto el fuego "sostenible", y en el caso de Gaza, exigió el acceso "inmediato y sin trabas" de la ayuda humanitaria, puntos de los que se apartaron otras naciones como Nicaragua.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, calificó la cumbre como un "gran éxito" al cierre, subrayando que la cumbre demostró que los problemas de la humanidad deben solucionarse mediante el acuerdo y el diálogo, no con la confrontación unilateral.

