El Secretario de Defensa Hegseth justifica los ataques contra dos embarcaciones, mientras la ONU exige una investigación transparente.
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos anunciaron este lunes la muerte de otras seis personas en una nueva operación militar ejecutada en aguas internacionales del océano Pacífico. Los bombardeos, dirigidos contra dos embarcaciones, se suman a una serie de ataques que Washington justifica bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.
El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, fue el encargado de confirmar la operación a través de un mensaje publicado en su cuenta oficial de la red social X, que recoge Europa Press. Hegseth indicó que los "ataques cinéticos" fueron llevados a cabo el domingo por orden directa del presidente Donald Trump.
El funcionario no tardó en calificar las embarcaciones alcanzadas como operadas por "organizaciones designadas como terroristas". Además, reiteró una versión que ha sido recurrente en la Administración: los ocupantes estaban relacionados con el contrabando de narcóticos.
"Estas embarcaciones eran conocidas por nuestros servicios de Inteligencia por su asociación con el contrabando de narcóticos, portaban narcóticos y transitaban por una ruta de tráfico de narcóticos en la zona oriental del Pacífico", aseveró Hegseth, quien, sin embargo, omitió especificar la ubicación exacta de los bombardeos.
El Secretario de Defensa sí confirmó un dato crucial que intensifica la polémica: "ambos bombardeos fueron perpetrados en aguas internacionales". Detalló que en cada una de las dos embarcaciones viajaban tres individuos. "Había tres narcoterroristas a bordo de cada embarcación. Los seis murieron. Las fuerzas estadounidenses no sufrieron bajas", afirmó con un tono desafiante.
Hegseth insistió en que bajo el mandato del presidente Trump, la prioridad es "proteger a la patria y matar a los terroristas de los cárteles que desean dañar al país y a su pueblo".
La ONU en la mira
Estos ataques se insertan en una política de seguridad que ha visto a Estados Unidos lanzar decenas de bombardeos en el mar Caribe y el Pacífico, siempre con el argumento de la lucha contra el tráfico de drogas.
No obstante, la comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. Naciones Unidas ha sido clara en su denuncia, afirmando que no existe "ninguna justificación" legal para este tipo de acciones, y ha levantado la voz de alarma sobre la naturaleza de las víctimas.
El organismo internacional ha advertido que "ninguno de los individuos en los barcos atacados (hasta la fecha) representaba una amenaza inminente".
La ONU ha solicitado de manera contundente que los ataques sean investigados de forma "rápida, independiente y transparente", con el fin de procesar a quienes hayan incurrido en violaciones a la ley. Estas acciones son consideradas por muchos críticos como transgresiones directas al Derecho Internacional por parte de la Administración Trump.

