Una reorganización carcelaria desencadena dos eventos violentos en El Oro, con 43 heridos y un número de víctimas que podría aumentar.
La crisis penitenciaria en Ecuador ha cobrado un nuevo y trágico saldo. Al menos 31 personas han perdido la vida en el Centro de Rehabilitación Social de Machala, ubicado en la provincia de El Oro, tras registrarse dos episodios de violencia en menos de 24 horas.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) confirmó la mañana del domingo el hallazgo de 27 cuerpos sin vida pertenecientes a reclusos dentro de las instalaciones. Según un comunicado emitido por el organismo en su cuenta de la red social X, se presume que una parte de estas víctimas habría fallecido por "asfixia".
El SNAI ha señalado que este primer y masivo evento se habría producido alrededor de las 18:45 horas (hora local) del sábado, e indicó que las autoridades ya están trabajando intensamente para esclarecer la cronología y los responsables de los hechos.
Un motín por la reorganización
La violencia no cesó con la llegada del domingo. Además de los 27 fallecidos, se confirmó que otras cuatro personas murieron tras un motín que se desató en la madrugada. Aunque no ha trascendido si estas últimas víctimas son reclusos o personal penitenciario, el diario ecuatoriano Primicias reportó que el disturbio dejó un saldo de 43 heridos, entre ellos un agente de seguridad penitenciaria.
La causa directa de esta nueva ola de violencia, según fuentes de la prisión, fue la protesta de los internos por "la reorganización de los privados de libertad en la nueva cárcel de máxima seguridad". Este tipo de reubicaciones suele generar tensión y enfrentamientos entre bandas rivales que buscan mantener el control territorial dentro del sistema carcelario.
La situación dentro de Machala requirió una intervención de alto nivel. Tras la alerta del personal de la prisión, un equipo "táctico" de la Policía Nacional fue desplegado para tomar el control de las instalaciones. Los agentes lograron restaurar el orden y controlar la prisión "en su totalidad" después de tensas horas.
Esta masacre vuelve a poner en el centro de la atención nacional e internacional la crítica situación que atraviesan las cárceles ecuatorianas, muchas de ellas bajo el control de facto de poderosas bandas criminales que operan con total impunidad, a pesar de los esfuerzos gubernamentales por recuperar el control.
La cifra de víctimas podría aumentar a medida que culminen las labores de levantamiento y verificación forense. Con datos de Europa Press

