El país caribeño ya redujo un 11% de sus emisiones, más de lo previsto para 2030.
Belém do Pará, Brasil. — En un escenario global marcado por la urgencia climática y la necesidad de pasar de las palabras a los hechos, la República Dominicana se presentó en la Cumbre de Líderes previa a la COP30 con una carta fuerte bajo el brazo: ya ha superado, con recursos propios, más de la mitad de su meta de reducción de emisiones para 2030.

Max Puig, vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mercado de Carbono, fue el encargado de dar la noticia. En su intervención, destacó que el país caribeño ha logrado una reducción del 11% en sus emisiones de gases de efecto invernadero, una cifra que supera en más del 50% la meta de 7% que se había propuesto alcanzar con fondos nacionales para dentro de cinco años.
“En 2020 nos comprometimos a reducir nuestras emisiones en un 27% para 2030, de las cuales solo un 7% sería cubierto con recursos internos. Hoy, en 2025, ya hemos alcanzado un 11% con inversión nacional”, afirmó Puig, dejando claro que el país no solo va en la dirección correcta, sino que lo hace a un ritmo más acelerado de lo previsto.
Pero más allá de los números, el funcionario fue enfático en que la lucha contra el cambio climático no puede limitarse a cumplir metas. “El desafío climático exige una revisión profunda de los modelos de desarrollo que han perpetuado desigualdades y vulnerabilidades”, dijo. Para Puig, el crecimiento económico no puede seguir desligado de la sostenibilidad ambiental ni de la equidad social.
“No basta con hacer crecer la economía, hay que crecer bien”, sentenció. “Eso significa proteger la plataforma natural que sostiene la vida, fortalecer la resiliencia y garantizar que el desarrollo beneficie tanto a las clases medias como a los sectores populares, urbanos y rurales”.
Durante su discurso, Puig también adelantó que en los próximos días se darán a conocer los nuevos compromisos climáticos del país, conocidos como NDC 3.0. Aunque no ofreció detalles, aseguró que serán “más ambiciosos” que los establecidos en 2020.
El mensaje de la delegación dominicana fue claro: la acción climática no puede quedarse en discursos ni en documentos. “Estamos demostrando que es posible avanzar hacia un desarrollo bajo en carbono y resiliente, sin dejar a nadie atrás”, subrayó Puig.
En línea con el llamado de Brasil a que esta sea “la COP de la verdad y de la implementación”, el representante dominicano insistió en que es momento de reconocer los esfuerzos de los países del sur global y fortalecer la cooperación internacional. “El objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 1.5 grados no puede ser negociable”, advirtió.
Con su participación en la COP30, República Dominicana reafirma su papel como líder regional en acción climática. Su enfoque combina justicia ambiental, financiamiento para la adaptación y una visión de desarrollo que pone en el centro la sostenibilidad y la equidad. En un mundo que exige resultados, el país caribeño parece decidido a predicar con el ejemplo.
