El Gobierno de Maduro repatrió a 200 connacionales desde Texas, incluidos menores separados de sus padres.
CARACAS. – El Ministerio de Justicia venezolano confirmó este lunes el retorno de 200 ciudadanos deportados desde Estados Unidos. El aterrizaje de este vuelo, enmarcado en la polémica misión “Vuelta a la Patria”, eleva a 84 las operaciones de repatriación realizadas durante este año.
El avión, procedente de Texas, transportaba a 157 hombres, 29 mujeres y trece menores. Las autoridades venezolanas destacaron un dato especialmente crudo: cinco de esos niños habían sido separados de sus padres como resultado de las políticas migratorias aplicadas bajo la administración de Donald Trump.
En un comunicado oficial, el Ejecutivo de Nicolás Maduro reafirmó su compromiso con los venezolanos en el exterior, asegurando que es la Gran Misión Vuelta a la Patria (GMVP) existe para “garantizar que cada uno de ellos pueda regresar a casa, donde pertenecen”.
Este gesto humanitario, sin embargo, no oculta la profunda grieta política entre ambos países. Venezuela ha condenado en repetidas ocasiones lo que denomina la “criminalización” de los migrantes por parte de Washington. El propio Maduro salió al paso hace meses para defender el carácter de la diáspora venezolana, calificándola de “económica, de gente decente y trabajadora”. Su gobierno rechaza frontalmente la narrativa de las autoridades estadounidenses, que en ocasiones han llegado a tildar a grupos de migrantes venezolanos de “una pandilla de asesinos”.
Mientras el avión tocaba tierra en Caracas, la noticia dejaba al descubierto dos realidades paralelas: la de un Estado que se presenta como protector de sus nacionales frente a políticas foráneas consideradas abusivas, y la de unos ciudadanos cuyo sueño migratorio se trunca, culminando en un viaje de regreso forzoso.

