El hallazgo de otra víctima eleva el balance mientras la investigación busca respuestas
NUEVA YORK.— La dolorosa búsqueda en el lugar del accidente aéreo ocurrido a principios de esta semana ha arrojado un saldo más trágico. Las autoridades de Estados Unidos elevaron a catorce el número total de víctimas mortales confirmadas después de que un avión de carga se estrellara violentamente tras despegar del Aeropuerto Internacional Muhammad Alí de Louisville, en el estado de Kentucky.
La noticia del nuevo balance llegó a última hora del viernes, confirmando los temores de los equipos de rescate que han trabajado sin descanso en una zona devastada. El alcalde de Louisville, Craig Greenberg, fue el encargado de actualizar la cifra, transmitiendo el hallazgo de la última víctima a través de su cuenta en redes sociales.
"Esta noche se ha encontrado a otra víctima en el lugar del accidente. Con esta, el número total de fallecidos confirmados asciende a 14. Que su memoria sea una bendición", escribió Greenberg, reflejando el sentimiento de luto que embarga a la localidad.
En su mensaje, el regidor también hizo un llamado a la cautela y la esperanza, pidiendo que "no se pierdan más víctimas mientras nuestros socorristas continúan la búsqueda y buscan respuestas que todos anhelamos".
La clave de la investigación: voz y datos
El foco ahora se centra en desentrañar las causas que provocaron la caída de la aeronave. Los investigadores federales han dado pasos cruciales en la última jornada al lograr extraer los datos de las denominadas "cajas negras" del avión de carga, equipos esenciales que contienen el registro de vuelo y las conversaciones en cabina.
Sin embargo, el alcalde Greenberg también reveló otro elemento que podría ser vital para la pesquisa: la existencia de una grabación en el interior de la aeronave instantes antes del accidente. Este audio, previsiblemente capturado por el equipo de grabación de voz de la cabina, podría ofrecer insights directos sobre las condiciones de vuelo, cualquier emergencia o los diálogos finales entre los pilotos, arrojando luz sobre la secuencia de eventos que condujo al siniestro.
El avión, que había partido con destino al Aeropuerto Internacional Daniel K. Inouye en Honolulu, Hawái, nunca completó su ascenso. En cambio, se precipitó contra unas grandes instalaciones de la compañía UPS cercanas al aeropuerto, desatando un incendio masivo que complicó las labores de rescate durante días.
Aeropuerto operativo, zona de impacto activa
A pesar de la magnitud de la catástrofe y la intensa actividad de emergencia, el Aeropuerto de Louisville ya ha recuperado su normalidad. El hub reabrió sus puertas y se encuentra plenamente operativo apenas 48 horas después del impacto, un testimonio de los esfuerzos coordinados para minimizar la interrupción del tráfico aéreo.
Mientras tanto, la zona cero sigue siendo un punto de trabajo activo y peligroso. Más de cien efectivos permanecen desplegados para asegurar el área.
Incluso varios días después del desastre, aún existen focos de incendios que se han reavivado esporádicamente, obligando a los servicios de emergencia a trabajar sin descanso para extinguirlos y completar la fase final de la recuperación y la recopilación de pruebas.
El trabajo, aunque sombrío, es la única vía para entender qué falló y honrar la memoria de las catorce vidas perdidas.

