El presidente colombiano denuncia que operaciones antidroga de EE.UU. han matado a pescadores inocentes.
BOGOTÁ.- Gustavo Petro no se anda con medias tintas. En un discurso cargado de indignación durante la III Cumbre Social de los Pueblos, el presidente colombiano lanzó un ataque frontal contra la administración estadounidense. Acusó directamente a Donald Trump y a su secretario de Estado, Marco Rubio, de mentir para justificar lo que calificó como operaciones militares encubiertas en el Caribe.
"Lo que estáis matando no son narcotraficantes", afirmó Petro con contundencia. Según el mandatario, los verdaderos capos del narcotráfico "han ido a través de sus políticos a las oficinas en Miami a hablar con los senadores del señor Rubio".
La denuncia tiene nombre y apellidos: Alejandro Carranza, un pescador colombiano padre de dos hijos que murió junto a sus compañeros cuando un misil impactó su embarcación. "Hubiera sido pez lo que llevaba o cocaína, él no tenía pena de muerte y no tenían por qué haberlo asesinado", declaró Petro, desmontando la versión oficial de Washington que presenta estas operaciones como una lucha contra el "narcoterrorismo".
El incidente no es un hecho aislado, sino la punta de lanza de una crisis diplomática que se ha ido agravando en las últimas semanas. El Departamento del Tesoro estadounidense sancionó recientemente al propio Petro, a su esposa y a su hijo, acusándolos de permitir que Colombia se convierta en una "guarida de drogas".
Mientras la Casa Blanca justifica sus acciones como parte de la guerra contra las drogas, el gobierno colombiano responde que se trata de operaciones realizadas sin autorización judicial y que vulneran los Derechos Humanos. Petro dejó claro que Colombia "no se deja humillar", marcando una línea roja en unas relaciones bilaterales que atraviesan su momento más tenso en décadas.
