Es tiempo de juventud, sangre nueva, con una visión de futuro.
Una nueva generación ha emergido en el escenario político nacional de la República Dominicana. Jóvenes talentosos, estudiosos, con grado y postgrado en universidades del país y del extranjero, que han ocupado cargos importantes, tanto en sus respectivos partidos como en el Estado, sin vínculos, hasta donde sé, con el crimen organizado, contrabando, narcotráfico, evasión de impuestos o corrupción.
Algunos con una “hoja de vida” profesional y académica impresionante, impartiendo docencia en las más prestigiosas universidades del país, contribuyendo así al desarrollo de los muchachos y muchachas de su generación.
En el escenario político de hoy no hay mucho espacio para los viejos. Hipólito Mejía lo sabe, Leonel Fernández, no. Danilo Medina, que no está preso por miedo, se resiste a continuar controlando un partido que generacionalmente ya no le pertenece.
Es tiempo de juventud, sangre nueva, con una visión de futuro, que saben que la ciencia y la tecnología marcan el futuro, no solo de la nación dominicana, sino del mundo.
Entre los jóvenes que más se destacan, por lo menos es lo que dicen las encuestas del momento, están, por el Partido Revolucionario Moderno, (PRM), David Collado y Carolina Mejía, sin menospreciar ni descartar a Guido Gómez Mazara, Raquel Peña, Wellington Arnaud, Yayo Sanz Lovatón, Tony Peña y Víctor D’Aza, entre otros que puedan surgir más adelante.
No sé qué pasará cuando el dinero del Estado no esté presente en la disputa por el control del partido, cuando los funcionarios ya no tengan los cargos que les han permitido sustentar una candidatura presidencial, como está ocurriendo ahora. (Quiero ver eso)
Será la convención cerrada, plural y democrática del PRM la que al final escogerá al candidato o la candidata presidencial, que ojalá se haga dentro de un marco que garantice la unidad, bajo el principio de que la minoría se acoge a la decisión de la mayoría. El que “ganó, ganó, y el que perdió, perdió”, sin trampas, sin escaramuza, sin el dinero convirtiéndose en un factor determinante.
El Estado es grande, caben todos y todas. Un acuerdo posterior del ganador o la ganadora con el resto es lo que da resultados. Eso dice la experiencia, fue lo que hizo el expresidente Hipólito Mejía cuando ganó la convención en el virtualmente desaparecido PRD. Si los perremeístas se unen, si se ponen de acuerdo, se mantendrán en el poder, de lo contrario, corren el riesgo de ser derrotados.
En el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) la mayoría de los aspirantes a dirigir los destinos del país no son tan jóvenes, pero tampoco viejos. Abel Martínez, Gonzalo Castillo, Margarita Cedeño, Francisco Domínguez Brito y Francisco Javier García, se disputan la primacía. El problema en ese partido lo constituye el expresidente Danilo Medina, que, sin posibilidad alguna por un impedimento constitucional, y para no correr el riesgo de terminar en la cárcel como sus hermanos y seguidores más cercanos, insiste en controlar la organización y determinar quién debe ser el candidato. Danilo y su grupo querrán imponer a Gonzalo. Ya lo verán.
En la Fuerza del Pueblo, el partido más débil orgánicamente, hecho a imagen y semejanza del expresidente Leonel Fernández, candidato presidencial sempiterno, tiene de frente a su hijo Omar Fernández, que al igual que algunos del PRM, ha sido inflado por los esteroides de la propaganda y la publicidad. Omar, de apenas 33 años, le falta mucho camino por recorrer y mucho por aprender. A mi juicio, su “time” (tiempo) no ha llegado. De todos modos, supera por mucho a su padre en las encuestas.
De pronto, nada está definido en ninguno de los partidos, incluyendo el oficialista, que, según pienso, es quien más problemas tiene, por estar en el poder. Hay una lucha soterrada encarnizada, “matándose unos con otros”, esperando que la convención no termine como la fiesta de los monos: ¡a rabazos!
El partido de gobierno escogerá su dirección el año próximo. Luís Abinader será el presidente del PRM. Tendrá que ser el árbitro, ya que Hipólito Mejía no podrá acompañarlo en esa labor por estar comprometido con su hija Carolina. No tengo idea de quién ocupará la secretaria general, de organización, ni de finanzas. Más adelante lo sabremos.
Insisto, si el gobierno de Abinader termina exitosamente, como lo merece por el arduo trabajo que viene realizando, día y noche, prácticamente sin descanso, sembrando el país de carreteras, puentes, hospitales, escuelas, viviendas, edificios públicos, sin robarse el dinero del pueblo, lo que lamentablemente no se puede decir de todos los funcionarios, no hay dudas -yo no las tengo- de que el PRM se mantendrá en el poder, si escoge a un buen candidato o una buena candidata.
La suerte está echada: ¿Carolina Mejía o David Collado? ¿El ministro de turismo contra la alcaldesa de la capital? ¿Por cuál apuesta usted? ¿Dónde están sus simpatías? ¿David o Carolina? ¿Cuál le gusta más de todos? ¿Pueden dar una sorpresa a Guido Gómez Mazara o Raquel Peña? La convención lo dirá. Las bases del PRM tendrán la última palabra.

