Las autoridades talibanas movilizan tropas y recursos para atender a las víctimas del sismo
El norte de Afganistán vuelve a estremecerse por la tragedia. Un terremoto de magnitud 6,3 sacudió la madrugada del lunes varias provincias del país, dejando al menos 27 personas muertas y más de 700 heridas, según los reportes oficiales. Las autoridades advierten que la cifra de víctimas podría aumentar a medida que avanzan las labores de rescate entre los escombros.
La provincia de Balj fue la más golpeada: allí murieron doce personas y más de 400 resultaron heridas. En Samangan, once personas perdieron la vida y 270 sufrieron lesiones, mientras que en Sar-e-Pul se confirmaron cuatro fallecidos y una docena de heridos. Además, en la provincia de Kunduz, 41 estudiantes resultaron lesionados tras una estampida causada por el pánico.
El portavoz del gobierno talibán y viceministro de Información, Zabehulá Muyahid, lamentó las pérdidas humanas y aseguró que “el terremoto ha causado víctimas y destrucción en varias provincias”. Agregó que “rezamos por el paraíso de los mártires y la pronta recuperación de los heridos”.
Según Muyahid, el gobierno del Emirato Islámico se encuentra “totalmente implicado” en la respuesta a la emergencia. “Hemos desplegado militares y personal en las zonas afectadas para garantizar que la ayuda llegue a quienes la necesitan”, aseguró.
El viceportavoz Hamdulá Fitrat también emitió un mensaje de condolencias a las familias afectadas. Confirmó que se han enviado alimentos, medicinas y artículos esenciales a las provincias dañadas, mientras los equipos de rescate trabajan sin descanso para encontrar sobrevivientes. “El terremoto ha destruido numerosas viviendas y provocado pérdidas materiales considerables”, añadió.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres informó que sus delegados provinciales están coordinando con los gobernadores locales para acelerar la llegada de equipos de rescate y asistencia humanitaria.
De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el sismo ocurrió alrededor de la 1:00 de la madrugada (hora local), con un hipocentro a 28 kilómetros de profundidad y su epicentro ubicado a 22,5 kilómetros de Julm, una ciudad de unos 65.000 habitantes.
Este nuevo desastre se suma a la larga lista de tragedias naturales que ha sufrido Afganistán en los últimos años. El pasado 31 de agosto, más de mil personas murieron en otro terremoto de magnitud 6 en el este del país, según la Media Luna Roja Afgana. En aquella ocasión, la provincia de Kunar fue la más afectada, pese a que el epicentro se localizó cerca de Jalalabad, capital de Nangarhar.
Mientras los equipos de rescate continúan su trabajo entre los restos de edificios colapsados, los sobrevivientes enfrentan otra batalla: la de sobrevivir al frío, la escasez y la desolación. El país, golpeado por la pobreza y el aislamiento internacional, vuelve a quedar en ruinas.Con datos de Europa Press
	    	
		    
