El excomentarista califica el fenómeno digital como "revolución" con consecuencias aún desconocidas.
SAN CRISTÓBAL.— Ramón Puello Báez, veterano y respetado comentarista de televisión ya retirado, ha puesto el dedo en la llaga sobre el fenómeno de las redes sociales, calificándolo como un proceso mucho más profundo de lo que se percibe a simple vista. A su entender, la accesibilidad universal a estas plataformas ha desatado una verdadera "revolución" cuyas repercusiones, tanto positivas como negativas, escapan aún a nuestra total comprensión.
El núcleo del problema, según Puello Báez, radica en la prostitución de su uso por una parte considerable de los usuarios, quienes optan por priorizar la insolencia y la vulgaridad. Esta "masiva incursión de personas sin criterios" que desinforma y da "riendas sueltas a sus más bajos instintos" no solo está golpeando a los medios de comunicación tradicionales, sino que está minando a la sociedad en general, y de manera crucial, a la juventud.
El comunicador y abogado expresó su profunda preocupación ante el ascenso de jóvenes "sin los atributos indispensables" para desenvolverse en los medios. Estos nuevos referentes, cuyo "lenguaje soez, su forma de vestir y su confusión de ideas" se imponen como modelo, representan, a su juicio, una "gravedad" innegable.
Estas reflexiones se produjeron durante su participación en la mesa redonda "Cátedra de maestros del periodismo" en la Cámara de Comercio y Producción de San Cristóbal, junto a los periodistas Saúl Pimentel y José Pimentel Muñoz, organizador del evento.
Ante la pregunta de si todavía es posible un periodismo ético y responsable en este torbellino, Puello Báez admitió la dificultad. Señaló que la nueva camada de comunicadores a menudo carece de valores, principios familiares, tiene una educación deficiente y escaso hábito de lectura. Sin embargo, no todo es desalentador; existe "una luz al final del camino", representada por jóvenes que destacan por su "integridad, preparación, compromiso y talento".
El excomentarista sugirió que la actuación correcta de estos jóvenes talentosos podría trazar nuevas pautas y marcar una diferencia. No obstante, instó a la sociedad a tomar una iniciativa, imponiendo "reglas, regulaciones y hasta limitaciones".
El desafío es mayúsculo. Puello Báez reconoció que plataformas sin restricciones como YouTube, donde "cada quien sube lo que se le ocurra", se están imponiendo como material preferente para un público que busca alternativas ilimitadas. En un pronóstico sombrío, vaticinó que el daño social provocado por esta falta de control inevitablemente forzará la imposición de límites en el futuro. Lamentablemente, cree que esta tarea recaerá en gobiernos autoritarios, pues los democráticos "son muy débiles" ante un falso concepto de libertad ejercida sin ningún tipo de contención.

