Washington busca centrarse en el Indo-Pacífico, pero la OTAN minimiza el "ajuste".
El Gobierno de Estados Unidos ha notificado a sus socios de la OTAN su intención de reducir a corto plazo su despliegue militar en Europa, una decisión que reaviva el debate sobre la seguridad y la dependencia militar del continente. La noticia, confirmada por la propia Alianza Atlántica, fue inicialmente filtrada por el Gobierno de Rumanía, que aludió a un potencial recorte en el crucial flanco oriental.
Un portavoz de la OTAN confirmó a Europa Press este cambio en la postura estadounidense, aunque evitó precisar el número exacto de tropas que serán replegadas o qué países se verán afectados. No obstante, el vocero aseguró que Washington informó previamente a la alianza y que las comunicaciones son permanentes. El objetivo, según la OTAN, es garantizar que el bloque conserve una capacidad "robusta" para disuadir y defender cualquier agresión.
Desde los cuarteles generales de la alianza se ha intentado quitar hierro a la decisión, señalando que los ajustes en la presencia militar del Pentágono en Europa "no son inusuales". Incluso con el recorte anunciado, el contingente norteamericano seguirá siendo mayor que el que existía antes de 2022, cuando la invasión de Ucrania forzó un incremento de tropas.
"La OTAN cuenta con sólidos planes de defensa y estamos trabajando para garantizar que mantenemos las fuerzas y capacidades adecuadas para disuadir posibles agresiones y garantizar nuestra defensa colectiva", señaló el portavoz, buscando transmitir tranquilidad.
Rumanía confirma el cese de rotaciones
El primer país en informar sobre la revisión fue Rumanía, cuyo Ministerio de Defensa detalló que el repliegue implica, por ejemplo, el cese de las rotaciones del contingente norteamericano en la base aérea de Mihail Kogalniceanu.
Aun así, el Gobierno rumano enfatizó que mantiene un contacto "permanente" con su "socio estratégico" y subrayó que alrededor de mil militares estadounidenses seguirán presentes, lo que consideran una muestra del "compromiso" de Washington con la seguridad regional.
Según el Ministerio de Defensa rumano, la Administración de Donald Trump está aplicando sus "nuevas prioridades" militares. Estas nuevas directrices buscan que Estados Unidos pueda operar y concentrar recursos en otros escenarios geopolíticos, siendo el Indo-Pacífico el más destacado, mientras que Europa asume una mayor responsabilidad en su propia seguridad.
El compromiso a cambio de mayor gasto
En los cuarteles aliados, se insiste en que el compromiso de Estados Unidos con la OTAN es "claro", una idea que el presidente Trump y su Administración han reiterado en cada foro. Sin embargo, este compromiso viene acompañado de una exigencia histórica: que el resto de socios asuman más responsabilidad en la seguridad europea.
Trump ha sido persistente en reclamar una mayor inversión en defensa. Esta presión se tradujo en la última cumbre de líderes en un compromiso común para elevar el presupuesto militar de los países miembros hasta el 5 por ciento del PIB, un objetivo ambicioso que busca que Europa sea capaz de garantizar su propia defensa colectiva.

