Un año de prisión preventiva para los imputados tras incautarse 643 paquetes de cocaína en una red internacional.
La justicia dominicana comenzó a aplicar castigos en el caso de la llamada Operación Leopardo. Un tribunal en La Altagracia decretó un año de prisión preventiva para tres de los presuntos integrantes de una red de narcotráfico internacional, a la que las autoridades le asestaron un duro golpe con el decomiso de 643 paquetes de cocaína.
Los ahora encarcelados son Wilson Rafael Inirio, Rafael Torres y Daniela Stefanny Olaverría. La medida, impuesta por la jueza Mary Castillo Germán, se basó en las pruebas presentadas por los fiscales Pedro Medina Quezada y José Manuel Calzado. El caso fue declarado complejo, una figura legal que refleja la envergadura de la investigación.
No todos los detenidos corrieron la misma suerte: Néstor Julio Robles fue liberado, mientras que otros tres sospechosos, Moisés Severino Inirio, José Ignacio de Jesús Mota y Pedro Luis Cordero Espinal, permanecen en la clandestinidad y son buscados activamente.
La captura del cargamento no fue un hecho aislado, sino el resultado final de un extenso trabajo de inteligencia y vigilancia. Agentes del Ministerio Público y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) interceptaron la droga en plena vía pública, en la calle El Carmen esquina avenida Libertad, del municipio San Rafael del Yuma.
La operación, que contó con la cooperación clave de la DEA estadounidense, demostró el alcance del aparato criminal desmantelado. No se trató de una simple incautación. La investigación, que movilizó a 27 fiscales y a 194 agentes de la DNCD, se extendió con 17 allanamientos en distintas provincias del país.
El botín fue significativo: además de la cocaína, las autoridades incautaron cinco inmuebles, una lancha, un arsenal que incluye un fusil AR-15 y varias escopetas y pistolas, además de vehículos y más de 3.5 millones de pesos dominicanos y 159,698 dólares.
Pero el hilo conductor de este caso es aún más largo. Las pesquisas conectan este alijo, decomisado el pasado 18 de octubre, con otro cargamento masivo de 993 kilos de cocaína incautado en abril en un puerto turístico de La Altagracia.
Y esa red, a su vez, estaría vinculada a una poderosa estructura criminal internacional encabezada por el serbio Nikola Boros, también conocido como Antun Mrdeza, un hombre buscado por la Interpol y señalado como un eslabón en el tráfico de cocaína entre Estados Unidos, Puerto Rico, España e Italia.
Mientras Wilson Rafael Inirio y Rafael Torres cumplirán su prisión preventiva en el centro correccional Anamuya en Higüey, Daniela Stefanny Olaverría lo hará en la cárcel pública de mujeres de la misma provincia. La Operación Leopardo cerró un primer capítulo con rejas, pero la cacería para capturar a los prófugos y desentrañar por completo los tentáculos de esta organización transnacional sigue su curso.

