La incursión policial más letal contra el temido Comando Vermelho sacude el norte de Río de Janeiro.
Río de Janeiro ha vivido una de sus jornadas más violentas y letales de los últimos años. Al menos 60 presuntos miembros del narcotráfico y cuatro agentes de seguridad han muerto en lo que ya se considera el operativo más sangriento jamás ejecutado por las fuerzas de seguridad brasileñas contra el Comando Vermelho, la facción criminal más poderosa del país.
La masiva incursión, bautizada como operación ’Contención', se desencadenó este miércoles en las complejísimas zonas de Alemao y Penha, en la zona norte de la ciudad. El saldo es estremecedor: además de los cuatro policías caídos y seis heridos, las autoridades confirman el abatimiento de cerca de 60 personas que, según su versión, eran narcotraficantes que respondieron con disparos a la ofensiva.
La cifra de detenidos asciende a 81. Dada la intensidad de los combates, reportados por el medio G1, las autoridades no descartan que el balance final de víctimas mortales pueda seguir escalando, recoge Europa Press.
Un golpe estratégico y una fuga caótica
La operación, que movilizó a 2.500 efectivos tras más de un año de investigación y un centenar de órdenes de arresto, se enfocó en desmantelar la cúpula operativa de la facción.
La Policía informó que se encontraron con una resistencia feroz e incluso con métodos sofisticados: algunos de los criminales llegaron a lanzar bombas desde drones en un intento desesperado por repeler a los agentes. Otros optaron simplemente por una huida caótica de las 'favelas'.
Pese a la violencia desatada, la operación logró importantes capturas. Entre los detenidos figura Thiago do Nascimento Mendes, alias Belao do Qutungo, una figura clave dentro de la estructura de Comando Vermelho en la región.
También fue arrestado Nicolas Fernandes Soares, señalado como el operador financiero de uno de los líderes más buscados del grupo, Edgar Alves de Andrade.
Para culminar el golpe, las fuerzas de seguridad confiscaron un arsenal significativo: 75 rifles y dos pistolas, armamento que subraya el poder de fuego de la banda.
La batalla política y la soledad de Río
El costo humano del operativo ha provocado una inmediata fricción política entre el gobierno estatal de Río de Janeiro y el Ejecutivo federal. Cláudio Castro, gobernador de Río, criticó abiertamente la falta de apoyo de Brasilia, asegurando que el estado se encuentra "solo" en esta lucha de alto riesgo.
"Estamos solos en esta lucha hoy. Es un operativo mayor que el de 2010 y, desafortunadamente, esta vez, como durante todo el mandato, no contamos con el apoyo de vehículos blindados ni de agentes de las fuerzas federales de seguridad y defensa", lamentó Castro, haciendo un llamado de auxilio directo al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Sin embargo, el Ministerio de Justicia no tardó en rechazar las acusaciones, asegurando que han respondido a todas las solicitudes de Castro y que existe un "pleno apoyo" de Brasilia a las fuerzas de seguridad.
La cartera ministerial, liderada por Ricardo Lewandowski, argumentó que mantienen tropas desplegadas desde octubre de 2023 y que solo en 2025 la Policía Federal ha realizado cerca de 180 operaciones en Río, incautando diez toneladas de droga y 190 armas.
Estas cifras, según el ministerio, reflejan los "esfuerzos continuos… para combatir el crimen organizado y reducir el poder militar de las facciones criminales".
