El presidente señala a la fiscal general y a un juez por anular su partido y torcer la voluntad popular.
SANTO DOMINGO.- El ambiente político en Guatemala ha entrado en una fase de máxima tensión. El presidente Bernardo Arévalo denunció públicamente a la fiscal general, Consuelo Porras, y al juez Fredy Orellana de estar orquestando un "golpe de Estado" en el país centroamericano. La acusación llega tras la polémica decisión de Orellana de anular el Movimiento Semilla, el partido que llevó a Arévalo a la presidencia en 2023.
En un enérgico discurso a la nación, el mandatario fue directo: "En los últimos días, la alianza criminal atrincherada en el Ministerio Público y en ciertos espacios del Sistema de Justicia han intentado otra vez hundir a Guatemala en el autoritarismo, en la corrupción y en la impunidad".
Arévalo no se guardó calificativos para el juez, al que llamó "un sicario que tergiversa las leyes al servicio de Consuelo Porras" y cuya intención, afirmó, es "forzar al Tribunal Supremo Electoral a distorsionar los resultados de las elecciones de 2023″.
El terror judicial como instrumento
El presidente dibujó un panorama de terror judicial, asegurando que el objetivo de Porras y Orellana es crear un clima de miedo para avanzar en sus propósitos. Acusó a esta "alianza criminal" de usar "procesos judiciales ilegítimos para encarcelar y torturar a ciudadanos honestos", además de buscar "falsas confesiones y denuncias como instrumento para un golpe de Estado".
Según Arévalo, el modus operandi es una cacería de brujas contra quienes defendieron la democracia, incluyendo a personas que lucharon pacíficamente contra los intentos de bloqueo a su investidura en 2023.
La motivación, sentenció, es clara: "Quieren hundir a Guatemala" para "perpetuar la impunidad de los ladrones del dinero de todos, de los narcotraficantes, de los pandilleros y de sus aliados políticos".
El mandatario recordó que esta "mafia corrupta" ya había intentado cooptar el proceso electoral de 2023, y que, al fallar en impedir su toma de posesión, ahora utiliza la embestida judicial para bloquear las reformas y asegurar que las futuras elecciones de 2027 sean manipuladas, enterrando la posibilidad de comicios justos y transparentes.
Llamada de auxilio a la comunidad internacional
Ante la grave escalada, Arévalo ha recurrido al escenario regional. El presidente guatemalteco reclamó formalmente a la Organización de Estados Americanos (OEA) una reunión extraordinaria de su Consejo Permanente para exponer de forma urgente las "graves amenazas a la Constitución y la democracia" perpetradas por los señalados.
La petición ya tuvo eco en la Secretaría General de la OEA, que emitió un comunicado indicando que "sigue de cerca los acontecimientos recientes en Guatemala" y que se mantiene atenta a sus "posibles implicaciones para el marco democrático". El bloque regional ha insistido en la necesidad de respetar la voluntad del pueblo guatemalteco, expresada en las urnas de 2023.
Mientras tanto, Arévalo instó a las instituciones nacionales a actuar con firmeza. Hizo un llamado directo a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para que proceda a la "inmediata destitución" del juez Orellana y a la Corte de Constitucionalidad para que garantice el cumplimiento del amparo que protegió los resultados electorales.
"Guatemala no puede ser rehén de quienes usan la toga para servir a la corrupción. Es hora de defender la democracia con decisión y sin titubeos", sentenció Arévalo, marcando este momento como un punto de inflexión en la unidad nacional. Lo que está en juego, concluyó, no es el destino de un partido, sino "el cimiento de la democracia" y la oportunidad de enterrar el régimen de corrupción de décadas. Coj datos de Europa Press

