El USDA amenaza con retener $6,000 millones en fondos de SNAP si el cierre del gobierno se extiende a noviembre
NUEVA YORK.-La crisis del cierre parcial del gobierno estadounidense, que se extiende por vigésimo sexto día, amenaza con dejar sin asistencia alimentaria a más de 40 millones de personas de bajos ingresos.
El Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) ha intensificado la presión política al advertir que retendrá miles de millones de dólares del fondo de contingencia del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), si el shutdown se prolonga más allá del 31 de octubre, reseña Prensa Latina.
Esta medida, considerada por los demócratas como una "ofensa cruel e ilegal", busca presionar al Senado para que apruebe un proyecto de ley de gastos propuesto por el Partido Republicano que permitiría reabrir el gobierno.
El fondo de contingencia de SNAP, asignado por el Congreso para emergencias, contiene actualmente entre cinco mil millones y seis mil millones de dólares. No obstante, esta suma es insuficiente para cubrir los cerca de ocho mil millones de dólares que se requieren para entregar los beneficios completos de SNAP en noviembre, aunque sí permitiría pagos parciales.
El argumento político del USDA
El viernes, el USDA publicó una guía que confirmaba su intención de no usar ese dinero de reserva si el cierre se extiende. Un memorando interno del Departamento intentó justificar la decisión con un argumento abiertamente político: el fondo de contingencia fue diseñado para responder a eventos imprevistos, como desastres naturales, y el cierre actual, provocado por los demócratas, no cumple con esos requisitos.
Según el memorando, gastar esos recursos en beneficios de SNAP durante un evento de este tipo sería ilegal. Se argumenta que el fondo está destinado a contingencias como el Programa SNAP para Desastres, que provee ayuda a personas en zonas que sufren eventos que "pueden ocurrir rápidamente y sin previo aviso".
El fuego cruzado de la indignación
La respuesta del bando demócrata no se hizo esperar, acusando al gobierno republicano de haber exacerbado deliberadamente las consecuencias negativas del cierre, incluso teniendo la capacidad legal y financiera para mitigarlas.
Las congresistas Rosa DeLauro (Connecticut) y Angie Craig (Minnesota) emitieron un comunicado condenando la maniobra. "Esta es quizás la ofensa más cruel e ilegal que la administración Trump ha perpetrado hasta ahora: congelar fondos ya promulgados para alimentar a los estadounidenses hambrientos”, sentenciaron.
Las demócratas contrastaron la falta de ayuda para los ciudadanos de bajos ingresos con la actividad del presidente: Trump "despacha decenas de miles de millones de dólares a Argentina y los lleva a su salón de baile", advirtieron con ironía.
La ofensiva del USDA, que utiliza la comida de los más pobres como arma de negociación para forzar una votación en el Congreso, evidencia que la parálisis gubernamental ha trascendido la burocracia para convertirse en un pulso político de altísimo riesgo humano. La supervivencia alimentaria de millones de familias pende ahora del acuerdo que el Capitolio se niega a alcanzar.
