Ambos líderes se reunieron en Malasia y acordaron avanzar sin demora en un pacto bilateral
MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) – Los presidentes de Estados Unidos y Brasil, Donald Trump y Luiz Inácio Lula da Silva, se reunieron este domingo en Malasia, al margen de la Cumbre de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN). El encuentro terminó con un anuncio claro: ambos gobiernos comenzarán de inmediato las negociaciones para un tratado comercial bilateral.
Aunque el gesto supone un primer paso hacia la distensión, Washington mantiene por ahora los aranceles del 50 % sobre las importaciones brasileñas. Lula confirmó en su cuenta de X que la reunión fue “franca y constructiva” y que los equipos económicos de ambos países se pondrán a trabajar de inmediato. “Queremos soluciones para los aranceles y las sanciones que aún afectan a las exportaciones brasileñas”, escribió el mandatario.
El ministro de Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, calificó el encuentro de “muy positivo” y explicó que Lula insistió en suspender los aranceles mientras duren las negociaciones. Según Vieira, Trump respondió con disposición: “Dará instrucciones a su equipo para comenzar el proceso hoy mismo”, aseguró.
El ambiente, según fuentes diplomáticas, fue distendido. Trump elogió públicamente la trayectoria de Lula y reconoció su “resiliencia política” tras los años de persecución judicial en su país. El propio Trump declaró ante los medios que espera “lograr acuerdos beneficiosos para ambos países” y destacó la buena relación personal entre ambos líderes.
Uno de los puntos clave del diálogo fue el mercado de la soja. Con China reduciendo sus compras a Estados Unidos debido a la guerra de aranceles, Brasil se ha convertido en el principal proveedor del gigante asiático. Las exportaciones brasileñas del grano podrían cerrar octubre con más de 102 millones de toneladas, una cifra récord que deja fuera a productores estadounidenses.
La reunión en Malasia refuerza el acercamiento entre Lula y Trump, que ya habían mostrado sintonía durante la Asamblea General de la ONU y en conversaciones telefónicas previas. Con las negociaciones listas para arrancar, ambos gobiernos buscan un terreno común que les permita equilibrar tensiones comerciales sin ceder en sus intereses estratégicos.

