Incidentes separados en Carolina del Norte y Pensilvania vuelven a teñir de luto y miedo la nación
El fin de semana se ha cerrado con un nuevo y sombrío recuento de víctimas por violencia armada en Estados Unidos. Al menos dos personas han muerto y otras 20 resultaron heridas en dos tiroteos separados ocurridos este sábado en los estados de Pensilvania y Carolina del Norte, avivando la crisis de seguridad que azota a la nación.
El primer golpe fatal se dio en el municipio de Maxton, Carolina del Norte, durante la madrugada. Alrededor de la 1:15 a. m., una fiesta celebrada en una casa se convirtió en una estampida cuando comenzaron los disparos, obligando a unas 150 personas a huir desesperadamente del lugar.
Los atacantes impactaron a trece personas, cobrando la vida de un hombre de 49 años y una adolescente de apenas 16. La brutalidad del ataque dejó a varios heridos, cuyas edades oscilan entre los 16 y 43 años, necesitando hospitalización. Aunque algunos ya han sido dados de alta, la cadena ABC News confirmó que al menos siete de ellos se encuentran en estado crítico, luchando por su vida.
El sheriff del condado de Robenson, Burnis Wilkins, no ocultó su indignación ante la tragedia. "Este fue otro acto de violencia con armas de fuego sin sentido que cobró la vida de dos personas y dejó a muchas otras gravemente heridas," declaró Wilkins, si bien matizó que el incidente parecía ser un hecho aislado, no un peligro generalizado para los residentes de la zona.
Alerta en Pensilvania por un segundo ataque
Horas más tarde, la alarma se encendió en el estado de Pensilvania, cerca de la Universidad Lincoln, donde otro episodio de violencia armada dejó, por el momento, siete personas heridas.
La magnitud del riesgo obligó a la Fiscalía del Condado de Chester a emitir una advertencia a los ciudadanos para que eviten la zona de la universidad mientras las fuerzas del orden controlaban la situación.
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, reaccionó de inmediato, asegurando que su administración ha ofrecido "todo nuestro apoyo al presidente Allen y a las fuerzas del orden locales." El mensaje del gobernador fue claro y directo: "Evite el área, continúe siguiendo las indicaciones de la policía local y únase a Lori y a mí para orar por la comunidad de la Universidad Lincoln".
Las investigaciones para determinar los motivos exactos de ambos tiroteos siguen abiertas. Los cuerpos de seguridad trabajan para dar con los responsables de la violencia en ambos estados.
"Los responsables de este acto imprudente y despiadado deben rendir cuentas," aseveró el sheriff Wilkins, reflejando el sentir general de frustración ante otra jornada marcada por las balas.
"Nuestros pensamientos y oraciones están con las víctimas, sus familias y todos los afectados por este trágico suceso," concluyó.

