Roxana Hanganu defiende una arquitectura con identidad en la BTC
Santo Domingo.- La XXIX Feria de la Bolsa Turística del Caribe (BTC) no fue una más. Celebrada del 23 al 26 de octubre en el Hotel Dominican Fiesta de Santo Domingo, tuvo un protagonista inesperado: el huracán Melissa. Pero lejos de apagar los ánimos, la tormenta actuó como un filtro. “Quienes asistimos pese al clima adverso somos verdaderos amantes del turismo”, afirma con una sonrisa Roxana Hanganu, representante del Hotel Playa Colibrí de Las Terrenas. Su valoración para DiarioDigitalRD es clara: “Me enriquecí. De experiencias, de relaciones humanas, de conocimiento”.

Frente a la uniformidad del cemento y el vidrio que domina el paisaje turístico global, el Hotel Colibrí se erige como un manifiesto arquitectónico. Hanganu, ingeniera constructora de carrera y alma del proyecto, describe el hotel con pasión: “Es un diseño victoriano, con esas columnas dóricas de las líneas arquitectónicas italianas y greco-romanas”.
No es solo una cuestión estética; es una filosofía. “En un mundo hecho de cemento, de todo cuadrado, nosotros nos distinguimos por la madera, por el diseño. El turista que viene al Caribe quiere sentirse caribeño, y hay que valorizar este tipo de arquitectura”.
El encuentro casual con un paraíso
Su propia historia con Las Terrenas comenzó con un coche de alquiler y un viaje de descubrimiento. “Visité el país entero y la última parada fue Las Terrenas, la última”. Lo que encontró fue un imán. “Fascina la cantidad de extranjeros que te hacen sentir un poco en casa”.
Esa comunidad internacional, sumada a un “alto nivel de servicios” y al “compromiso de las autoridades”, creó el caldo de cultivo perfecto para que una inversora decidiera echar raíces. “Eso sí hace que un inversionista pueda sentirse en casa, confiado en tomar compromisos con la sociedad y con el territorio”.


Doce años después, su conexión con el país es profunda, pero se resiste a la palabra “adaptación”. “Sería una manifestación de arrogancia considerarse adaptado y dar por hecho lo que una civilidad ha construido durante siglos”, reflexiona. “No puedo definirme adaptada. Estoy siempre como un huésped tratando de integrarse”. Lo que sí la ha conquistado es la comunicación, en su sentido más amplio.
“La comunicación del idioma es solo una parte. Está la comunicación de los hechos, de las verdaderas amistades”. Un gesto reciente lo dice todo: “Una persona que quiero muchísimo me sorprendió regalándome un libro. Me transmitió algo que representa la cultura de aquí bajo la forma de un arte. Eso es comunicación”.
Compromiso con el sabor local
Esa filosofía de integración auténtica se traslada directamente a la experiencia que ofrece el Hotel Colibrí. El compromiso con la gastronomía típica dominicana es una columna vertebral. “Porque nuestro visitante puede ser el dominicano que dejó el país hace años y que vuelve para vivir un momento, un sentimiento”, explica. “Lo que hacemos a través de la arquitectura, del servicio, pero también de la gastronomía, es hacerlo sentir en casa”.

Por eso, en su restaurante, recetas emblemáticas como el chivo liniero –típico de la línea noroeste – son plato obligado al menos una vez por semana. O el pescado con coco. “Los gustos de este territorio son gustos hechos de fruta, de aceite de coco. Donde no hay aceite de oliva como protagonista, el caribeño tiene su toque mágico a través de lo que es la esencia local”. Es una forma de combatir el olvido y de celebrar la identidad.
Al despedirse, después de tres días intensos de feria donde forjó alianzas y “unió ideas” con touroperadores, su mirada vuelve al futuro. Aboga por un desarrollo turístico consciente. “Una isla como la República Dominicana no debería ser ‘cualquierizada’ ni ‘cementificada’ por obras banales”.
Su receta es clara: “Vamos a aprender de la mala arquitectura. Y vamos a comprometernos a que, si voy a construir algo, no sea solo para producir dinero, sino que sea algo diferente, sostenible, y que dé sentimientos”. El Colibrí, con sus columnas dóricas y su chivo liniero, es la prueba viviente de que otro camino es posible.

