El dinero es el insumo más caro de la transición
SANTO DOMINGO.— La República Dominicana aspira a convertir su liderazgo en transición energética en un éxito financiero. Sin embargo, este ambicioso salto no será impulsado solo por paneles solares o turbinas eólicas. Según expertos reunidos en el Foro ADIE 2025, la clave de la sostenibilidad reside en una arquitectura financiera moderna, regulaciones inquebrantables y una visión compartida entre el sector público y los capitales.
El panel “Visión económica y financiera del sector eléctrico”, organizado por la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE), dejó claro que el problema no es la falta de interés, sino la necesidad de recuperar la confianza del inversionista.
El economista Henri Hebrard fue directo al grano: la viabilidad de la transición está ligada a reformas estructurales profundas. Advirtió que la meta presidencial de duplicar la economía para 2036 exigirá un aumento de hasta un 60% en la capacidad de generación eléctrica.
“El principal insumo caro hoy no es la energía, es el dinero”, señaló Hebrard. “Sin reformas serias, las tasas de interés seguirán limitando las inversiones que el sector necesita desesperadamente”.
El experto propuso medidas audaces para dinamizar el mercado de capitales, sugiriendo la apertura parcial del capital de entidades estatales clave, como Punta Catalina o el Banco de Reservas, excluyendo eso sí los segmentos estratégicos. Argumentó que un mercado accionario más profundo sería un catalizador vital para inyectar capital fresco y reducir los costos de financiamiento en toda la cadena energética.
La banca ya está, pero pide reglas claras
La banca múltiple dominicana, representada por Rosanna Ruiz, presidenta ejecutiva de la ABA, demostró su compromiso actual con cifras contundentes. La banca financia ya el 92% de los proyectos de transición energética, con una cartera verde que supera los RD$145 mil millones y equivale al 14% del total de su cartera comercial.
Ruiz recordó la agenda de sostenibilidad impulsada desde 2019 junto al Banco Mundial y el IFC (Protocolo Verde), pero enfatizó que se necesita cerrar la brecha regulatoria. Urge la conclusión de la agenda sobre taxonomía verde y la gestión de riesgo climático para que los proyectos sean aún más "bancables".
“Tenemos apetito financiero local e internacional, pero América Latina sigue siendo la región que menos recursos recibe para la transición. Necesitamos incidir globalmente y fortalecer las reglas locales para que el dinero fluya sin reservas”, sentenció.
Seguridad para el capital extranjero
Desde la perspectiva de la inversión, Eliza Sánchez Lomakina, directora general de Altio, corroboró que la escasez no está en el capital, que en los últimos años ha canalizado más de US$6,000 millones a través de fondos, sino en las condiciones de estabilidad.
Sánchez sostuvo que la República Dominicana debe trabajar en acuerdos de no doble tributación y establecer regímenes fiscales especiales para el capital extranjero. También destacó la importancia de garantizar mecanismos de capital commitment que den seguridad a los inversionistas institucionales.
Finalmente, advirtió que las energías renovables, pese a su auge, aún requieren incentivos robustos para competir con la rentabilidad que ofrece el capital tradicional, y resaltó el potencial de los fondos de inversión para explorar nuevas fronteras energéticas como el hidrógeno verde y la inteligencia artificial.

