La computación cuántica verifica su ventaja de 'Quantum Echoes', en hardware real, abriendo el paso a fármacos
El horizonte de la computación cuántica se acaba de acercar de forma palpable. Google ha anunciado un hito que va más allá de la mera especulación científica: la presentación de Quantum Echoes, el que consideran su primer algoritmo cuántico con una ventaja verificable en hardware real, un avance que promete concretar la primera aplicación práctica en el mundo real.
Este salto se cimenta sobre una base ya formidable: Willow, el chip de computación cuántica de última generación desarrollado por el equipo de Google Quantum AI. Presentado en diciembre de 2024, Willow es una bestia de cálculo, capaz de ejecutar tareas en apenas cinco minutos que al superordenador actual más potente le llevaría una cifra astronómica: 10.000 trillones de años.
Además de su velocidad, el chip incorpora mejoras significativas en la corrección de errores, un obstáculo crucial en el desarrollo cuántico.
Ahora, el foco de la compañía se ha trasladado al software. Este miércoles, Google anunció el desarrollo de Quantum Echoes, el algoritmo que desbloquea el potencial práctico de Willow.
La empresa tecnológica lo califica de "revolucionario" este avance en software porque se ejecuta en su chip hasta 13.000 veces más rápido que el mejor algoritmo clásico corriendo en los superordenadores más veloces del planeta.
Pero la velocidad no es su única carta. La gran ventaja de Quantum Echoes es su capacidad para ser repetido y verificado en otro ordenador cuántico, lo que confiere una fiabilidad sin precedentes a los resultados obtenidos, un aspecto vital para su adopción industrial y científica.
Desde Google destacan que este algoritmo abre la puerta a la primera aplicación concreta en el mundo real. El plan inicial es utilizar Quantum Echoes para modelar y explicar las complejas interacciones entre átomos en una molécula.
La aplicación directa de esta capacidad es la mejora de la técnica de Resonancia Magnética Nuclear (RMN), un método estándar y esencial en la química moderna.
Mejorar la RMN tiene implicaciones directas y profundas, especialmente en la investigación farmacéutica. Por ejemplo, al determinar con una precisión antes imposible cómo se unen los posibles medicamentos a sus objetivos moleculares, el proceso de descubrimiento de nuevos fármacos podría acelerarse y optimizarse radicalmente.
Este avance sugiere que la "edad dorada" de la computación cuántica aplicada podría estar a la vuelta de la esquina.
Con Quantum Echoes en juego, Google se muestra optimista y pronostica que veremos aplicaciones reales y exclusivas de los ordenadores cuánticos en un plazo tan cercano como cinco años. El futuro de la química y la medicina acaba de recibir un impulso cuántico.