El Pentágono califica la acción como parte de la guerra contra el narcotráfico.
El pulso de Washington contra el narcotráfico ha escalado de manera significativa. Las Fuerzas Armadas estadounidenses han confirmado la ejecución de un ataque aéreo que resultó en la muerte de dos personas a bordo de lo que fue identificado como una "narcolancha" en aguas del Pacífico Oriental.
Este movimiento marca una expansión geográfica de la campaña militar antidroga de EE. UU., que hasta ahora se había centrado predominantemente en la cuenca del Caribe.
La noticia fue divulgada este miércoles por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, quien utilizó su perfil en la red social X (anteriormente Twitter) para detallar la operación, reproduce Europa Press.
"Ayer, bajo la dirección directa del presidente (Donald) Trump, el Departamento de Guerra –la denominación que esta administración ha rescatado para referirse al Pentágono– llevó a cabo un ataque cinético letal contra un buque operado por una organización terrorista designada que se dedicaba al narcotráfico en el Pacífico Oriental", anunció Hegseth.
El lenguaje empleado por el jefe del Pentágono es notablemente duro, elevando el estatus de los cárteles de la droga a la misma categoría que otras amenazas globales.
Según el relato oficial, la inteligencia estadounidense había rastreado la embarcación, confirmando que estaba "involucrada en el contrabando ilícito de narcóticos, transitaba por una ruta conocida de tránsito del narcotráfico y transportaba narcóticos".
Hegseth confirmó que la acción se llevó a cabo en aguas internacionales y no hubo supervivientes. "Durante el ataque había dos narcoterroristas a bordo. Ambos terroristas murieron y ninguna fuerza estadounidense resultó herida", detalló el secretario de Defensa.
El tono de la declaración final de Hegseth fue inequívoco y belicista, equiparando la lucha contra los cárteles con la guerra global contra el terrorismo.
"Los narcoterroristas que pretenden traer veneno a nuestras costas no encontrarán refugio en ningún lugar de nuestro hemisferio. Así como Al Qaeda libró una guerra contra nuestra patria, estos cárteles libran una guerra contra nuestra frontera y nuestra gente", sentenció el jefe del Pentágono, antes de concluir con una frase contundente: "No habrá refugio ni perdón, solo justicia".
Este bombardeo en el Pacífico no es solo un evento táctico, sino un claro indicador de que la Administración estadounidense ha decidido emplear fuerza letal y métodos militares en su estrategia de interdicción marítima, moviendo el foco de su presión militar del Caribe, que ha sido un corredor histórico de la droga, a las vastas aguas del Pacífico.
La dureza de las declaraciones oficiales sugiere una escalada sostenida en el uso de la fuerza y una ampliación del concepto de "guerra" en la lucha contra el tráfico de drogas.
