La feria ecoturística concluye con éxito, proyectando a la provincia como modelo de desarrollo sostenible.
Santo Domingo.- El mapa turístico de República Dominicana acaba de recibir una sacudida. No desde los grandes resorts playeros, sino desde la vibrante y a menudo olvidada línea fronteriza. La feria ecoturística “Dajabón Vívelo” no fue solo un evento; fue una declaración de intenciones. Un mensaje claro que resonó con la fuerza de más de mil asistentes, 22 empresas locales y la presencia de un gabinete ministerial inusual en la zona: Dajabón ya no pide permiso, se consolida.
Durante un día intenso, la provincia mostró su verdadero rostro, lejos de los tópicos. No se habló solo de potencial, sino de realidades tangibles. La feria, organizada por la Oficina de Gestión Legislativa de la diputada Daritza Zapata y el Clúster Turístico de Dajabón, funcionó como un catalizador, un espacio donde líderes comunitarios, empresarios y el Gobierno central tejieron por primera vez una visión común.
Más que un evento, un punto de inflexión
Para la diputada Zapata, el balance no podría ser más contundente. “Con Dajabón Vívelo hemos logrado que la frontera ocupe el lugar que merece en la conversación nacional”, afirmó, con la convicción de quien ve cristalizar años de trabajo. “Nos vamos con alianzas, proyectos y una visión compartida. Este es apenas el inicio de una transformación real”.
Sus palabras no son un brindis al sol. Detrás del evento hay una hoja de ruta legislativa que busca blindar como política de Estado el desarrollo sostenible de la provincia. La feria fue la vitrina, pero el trabajo de fondo es lo que le da peso. El cierre de la jornada no sonó a despedida, sino a arranque.
Logros que se miden en hechos, no solo en asistentes
Mientras el público disfrutaba de degustaciones de café y cacao local, admirando la artesanía y el ritmo de las presentaciones culturales, en el plano formal ocurría lo verdaderamente transformador. Cien líderes comunitarios recibieron su certificación como guías turísticos por parte del Ministerio de Medio Ambiente. No es un papel más; es la formalización de un ejército de anfitriones que ahora están listos para mostrar las riquezas de su tierra con profesionalismo.
En los paneles, las intervenciones de figuras como Víctor “Ito” Bisonó, ministro de Industria, Comercio y Mipymes; Erodis Díaz, del Consejo de Desarrollo Fronterizo; y Eduardo Sanz Lovatón, de Aduanas, coincidieron en un diagnóstico: la frontera norte es la gran oportunidad de inversión productiva y logística del país. Ya no se discute el "si", sino el "cómo".
La gran apuesta: Las Rutas Verdes de Dajabón
Quizás el anuncio más concreto fue la presentación de las “Rutas Verdes de Dajabón”. Esta propuesta no es un folleto bonito. Es una arquitectura de experiencias ecoturísticas reales que integra senderos comunitarios, recorridos culturales y inmersión en la naturaleza. Es la materialización de una oferta turística distintiva, lejos del modelo convencional, que pone en valor lo autóctono.
La feria logró lo más difícil: ser un puente real. Rondas de negocio, conversaciones concretas y un ambiente de optimismo pragmático demostraron que el encuentro entre la comunidad, la empresa y el Estado es posible cuando hay una visión clara.
“Hoy la frontera no se mira con distancia, sino con esperanza”, concluyó Zapata. Y esa frase resume el verdadero éxito de “Dajabón Vívelo”. La provincia ha dejado de ser un punto en el mapa para convertirse en un destino, en un símbolo de lo que puede surgir cuando una comunidad se une con un propósito común. El evento terminó, pero el trabajo para vivir un Dajabón sostenible y lleno de oportunidades acaba de empezar.
