Un vuelacercas de tres carreras en la séptima entrada da la ventaja clave al equipo
George Springer conectó un jonrón de tres carreras en el séptimo episodio y catapultó a Toronto Blue Jays al triunfo por 4-3 en un reñido duelo.
El estadio del Rogers Centre vibró como pocas veces la noche del lunes, cuando el veterano jardinero George Springer enterró las esperanzas del rival al conectar un jonrón de tres carreras que dio vuelta al marcador y permitió a los Toronto Blue Jays alzarse con una ajustada victoria por 4-3 frente a los Seattle Mariners en el séptimo y decisivo encuentro de la serie.
Desde el inicio se vislumbró un duelo de pitcheo fino, con ambas ofensivas batallando más con el guante rival que con el bate dominante. Toronto se adelantó temprano gracias a un sencillo productor de Daulton Varsho en el primer inning que impulsó a Springer, emparejando el marcador 1-1 tras un pasaporte al propio Springer y un imparable de Vladimir Guerrero Jr..
Seattle respondió con poder: un jonrón solitario en la cuarta entrada y luego un rally de dos carreras en el segundo gracias a sencillos de Randy Arozarena y Eugenio Suárez pusieron el marcador 3-1 a favor de los visitantes.
La séptima entrada marcó el momento de inflexión. Con el marcador en contra, Toronto abrió la ofensiva con una base por bolas a Addison Barger, luego un sencillo de Isiah Kiner‑Falefa al centro ubicó corredores en primera y segunda. Un despliegue táctico de sacrificio obra de Andrés Giménez adelantó las piezas y dejó servido el escenario para Springer.
El rival intentó mover ficha y trajo al relevo Eduard Bazardo, pero el bateador no falló: un batazo elevado entre los jardines izquierdo y central viajó más de 380 pies sobre la cerca, sellando un jonrón que puso la pizarra 4-3 para Toronto.
La defensa de los Blue Jays también fue clave. En la octava entrada, un doble play sin asistencia de Josh Naylor apagó una última embestida rival y mantuvo la ventaja mínima con la que el bullpen se la jugaría. Finalmente, en la novena, con la tensión al máximo y dos outs por delante para cerrar, la ofensiva rival se quedó a las puertas de empatar. El relevista Leo Rivas supo mantener la compostura y el ponche al emergente Dominic Canzone certificó la victoria.
Este episodio vuelve a demostrar que Toronto no sólo depende del bate, sino que combina estrategia, oficio y cromos de experiencia para ganar en momentos críticos. Springer, ante la mirada de una afición que llevaba tiempo esperando su momento, brilló cuando más importaba; y ahora los Blue Jays avanzan con paso firme a lo que podría ser un nuevo capítulo relevante en su trayectoria reciente.