El líder de la Fuerza del Pueblo critica la inseguridad y la falta de servicios básicos
Santo Domingo.- Bajo el sol intenso de la tarde en el Club Gremio de Nigua, Leonel Fernández volvió a levantar la voz, pero no desde la distancia de un despacho, sino desde la calle. Habló como lo haría cualquier dominicano que antes de salir de casa mira a ambos lados, que calcula la hora para no exponerse después del anochecer.
“Vivimos en un país donde todos nos hemos convertido en rehenes”, dijo con tono firme. “No podemos salir de noche porque tememos ser víctimas de un asalto. La criminalidad se ha extendido por todas partes”.
El expresidente y actual líder de la Fuerza del Pueblo (FP) cargó con fuerza contra la gestión del Partido Revolucionario Moderno (PRM), al que acusó de no cumplir su promesa de devolver la seguridad a las calles. Según Fernández, el país vive atrapado en un clima de miedo constante que ha modificado la vida cotidiana de la gente. “Esto no es teoría ni estadística; es la realidad de cada ciudadano que teme ser atracado en cualquier momento”, insistió.
Durante el encuentro, Fernández también apuntó a otro frente: la falta de servicios básicos. “Las comunidades están demandando acueductos porque no tienen agua potable”, señaló, uniendo los problemas de seguridad con la precariedad de infraestructura. Para él, ambos reflejan lo mismo: un gobierno sin planificación ni capacidad de respuesta.
El evento tuvo un trasfondo político claro. Más de 40 dirigentes, entre ellos exmiembros del PRM, el PLD y representantes de movimientos comunitarios, se juramentaron como nuevos integrantes de la Fuerza del Pueblo. En palabras del exmandatario, estas incorporaciones son una señal de que “la gente se está dando cuenta de que este gobierno no ha estado a la altura de los desafíos del país”.
La actividad también marcó el ascenso de una nueva generación de figuras dentro del partido. Carolin Matos, de 27 años, fue presentada como la nueva presidenta provincial de San Cristóbal, convirtiéndose en una de las dirigentes más jóvenes en ocupar ese cargo.
Mientras el sol se escondía detrás de los cerros de San Cristóbal, las palabras de Fernández quedaron resonando más allá del acto político. No habló solo de cifras ni de discursos partidarios. Habló del miedo que se ha vuelto rutina, del país que muchos sienten cada vez más pequeño porque moverse con libertad se ha convertido en un riesgo. Un mensaje que, para su público, retrata la realidad de las calles con más fuerza que cualquier estadística.