Herminio Alberti expone su nueva obra junto a los versos de José Mármol, en una presentación que une mirada estética y palabra poética
Santo Domingo. — En el auditorio Juan Bosch de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, se vivió una de esas noches en que el arte no pide permiso para entrar al alma. LANCO Dominicana, celebrando su 21 aniversario, sirvió de escenario para el lanzamiento de El alma de las cosas, un libro que reúne más de mil fotografías en blanco y negro del artista visual Herminio Alberti, acompañadas de textos del poeta y ensayista José Mármol.


El proyecto, resultado de siete años de trabajo, no pretende solo mostrar objetos —una silla, una puerta, la textura de una pared— sino detenerse en lo que esos objetos callan: su presencia silenciosa, su memoria latente, su esencia. Alberti habla de una investigación consciente, una mirada que va más allá de lo visible, para capturar lo que él llama “la esencia de las cosas”.
Ya hace unos años parte del material fue expuesto en el Museo de Arte Moderno. Pero el libro logra organizar lo disperso, selecciona cuidadosamente entre cientos de fotografías aquellas que funcionan como puentes entre lo cotidiano y lo espiritual. Alberti reconoce la complicidad de José Mármol en este empeño: “Cada una de nuestras fotografías fue enriquecida por las letras de nuestro poeta nacional… que ha sido un ángel protector de muchos de nuestros descubrimientos fotográficos”.
Durante el acto, Alberti agradeció también al equipo que hizo posible el libro: la curadora Ana Agelán, el diseñador Kutty Reyes —responsable de la diagramación de sus nueve obras fotográficas hasta la fecha— y los colaboradores de impresión. Algo que subraya que una obra como esta no es solitaria: se construye en colectivo, con precisión, paciencia y muchas horas de edición y reflexión.
José Mármol tomó la palabra para recordar que el arte, aunque parezca íntimo, siempre es social. Citó a Roland Barthes y Byung-Chul Han para describir cómo la fotografía digital ha transformado —y a veces erosionado— la relación entre lo real y lo representado: no basta capturar lo que está, sino cuestionar lo que creemos ver. La fotografía ya no solo refleja, presenta; ya no solo imita, también propone un mundo distinto al que damos por sentado.
Para Mármol, El alma de las cosas de Alberti va más allá de ese desafío: convierte objetos en espejos del espíritu humano. Esa mirada “oblicua”, dijo, obliga a preguntarnos sobre nuestra relación con lo que nos rodea, lo que tocamos sin ver, lo que ignoramos por costumbre. El libro, sostuvo, es un testimonio de diálogo entre lo visible y lo invisible, un intento por encontrar belleza en lo aparentemente inerte, pero vivo en nuestra memoria.
En su discurso Alberti rindió homenaje también a aquellos que ya no están: las “almas que nos dejaron en aquel evento del 8 de abril de 2025”, evento que marcó de alguna manera su obra. No explicó en detalle, pero la emoción fue transparente: el libro se convierte así también en un acto de memoria.
LANCO Dominicana reforzó su rol de apoyador cultural, articulando esta publicación con sus valores de empresa: innovación, calidad, responsabilidad con lo social y lo estético. Representantes de la marca expresaron su satisfacción por patrocinar un trabajo que no solo embellece, sino que interpela, que despierta sensibilidad.
La noche terminó con la firma de ejemplares, aplausos sinceros, y esa sensación de que el arte cumplió su promesa: hacer visible lo sutil, traer lo lejano al presente, lo olvidado al instante vivido. Alberti lo expresó de la forma más directa: “Que esta obra les llegue al alma de cada uno de ustedes”.