República Dominicana da un salto en su transición energética al licitar 600 MW de renovables
SANTO DOMINGO.— En lo que ya se considera un punto de inflexión para el sector eléctrico, el Gobierno dominicano ha puesto en marcha la licitación de nueva generación renovable de hasta 600 megavatios (MW), incorporando, por vez primera, la tecnología de almacenamiento de energía o baterías como requisito fundamental para los proyectos.
El acto de presentación de credenciales, liderado por el Consejo Unificado de Empresas Distribuidoras (CUED), oficializa un cambio de paradigma en la matriz energética del país, buscando mitigar el tradicional talón de Aquiles de la energía solar y eólica: su intermitencia.
Celso Marranzini, presidente del CUED, destacó la trascendencia de esta inclusión tecnológica. “La incorporación de esta tecnología permitirá convertir las fuentes renovables en energía de base, fortaleciendo la estabilidad del sistema eléctrico y la confiabilidad del suministro nacional,” señaló Marranzini, visiblemente optimista ante la gran concurrencia de inversionistas.
El salto de calidad que transforma la energía limpia
La inclusión de baterías no es un mero detalle; es la solución más transformadora a nivel global para gestionar las fluctuaciones de la generación solar y eólica. En esencia, este sistema almacena la energía producida durante los picos de sol y viento y la libera justo cuando la demanda aumenta o las condiciones climáticas detienen la producción.
Este mecanismo no solo robustece la estabilidad del sistema y reduce la pesada dependencia de combustibles fósiles, sino que hace algo crucial: convierte la fuente renovable en una energía continua y completamente gestionable.
El resultado directo es mayor seguridad energética y una eficiencia operativa que se alinea con los estándares de naciones líderes en transición energética, como España, Chile y Estados Unidos.
La convocatoria busca proyectos eólicos y solares fotovoltaicos que integren estos sistemas de almacenamiento, con capacidades que oscilan entre 20 y 300 MW, hasta alcanzar la meta total de 600 MW.
Esta innovación contractual marca un hito en los procesos de contratación energética del país, consolidando las ambiciosas metas de sostenibilidad del Gobierno dominicano.
El contrato de suministro tendrá una vigencia de 15 años, con un plazo de inicio de servicio de 24 meses tras la firma. La energía contratada se distribuirá estratégicamente entre las empresas distribuidoras: un 30 % para Edenorte, 35 % para Edesur y el 35 % restante para Edeeste.
La respuesta del mercado ha sido contundente. La alta participación de 32 empresas interesadas en el proceso es un claro reflejo de la confianza del sector energético en la estabilidad regulatoria y el vasto potencial de la República Dominicana para desarrollar un futuro basado en energía limpia, segura y continua.
En el acto, donde también estuvieron presentes Alfonso Rodríguez, viceministro de Energía y Minas, y los gerentes de las distribuidoras, quedó claro que el país ya está jugando en las ligas mayores de la transición energética global.