El japonés lanzó con autoridad y la ofensiva angelina castigó a Milwaukee con jonrones clave
Milwaukee, Wisconsin. — Los Dodgers de Los Ángeles volvieron a dejar claro por qué son uno de los equipos más completos de las Grandes Ligas. Con una ofensiva despierta y el control quirúrgico del japonés Yoshinobu Yamamoto desde el montículo, los californianos vencieron 5-1 a los Cerveceros de Milwaukee en el American Family Field, en una noche donde la pelota viajó lejos y el pitcheo lució dominante.

El juego arrancó caliente. Apenas en el primer episodio, el novato sensación de los Cerveceros, el venezolano Jackson Chourio, hizo vibrar las gradas con un cuadrangular solitario por el jardín central-derecho. El batazo encendió a la fanaticada y puso momentáneamente contra las cuerdas a Yamamoto, quien necesitó apenas unos lanzamientos para recuperar el control y mostrar su temple.
La respuesta de los Dodgers no tardó. En el segundo inning, el dominicano Teóscar Hernández igualó las acciones con un jonrón de línea por el left field, demostrando que su madero sigue siendo puro peligro. El batazo cambió por completo el ánimo del juego. Poco después, Enrique “Kiké” Hernández conectó sencillo y Andy Pages trajo la segunda carrera con un doble, dándole vuelta al marcador 2-1. Desde ahí, Los Ángeles tomó el mando y no lo soltó más.
Yamamoto, tras aquel susto inicial, fue una máquina de precisión. Su control, mezcla de velocidad y engaño, dejó sin respuestas a la ofensiva cervecera. En seis entradas sólidas, apenas permitió dos hits y ponchó a varios con autoridad, incluyendo al propio Chourio. Su dominio silenció las gradas y marcó el ritmo del encuentro.
En la sexta entrada, Max Muncy amplió la ventaja con su primer jonrón de la temporada, un cañonazo por el jardín central que puso el juego 3-1. El batazo fue un golpe psicológico para Milwaukee, que no encontró forma de frenar la ofensiva visitante.
Los Dodgers siguieron castigando. En el séptimo episodio, “Kiké” Hernández volvió a aparecer con un doble, y Shohei Ohtani lo remolcó con un sencillo oportuno para el 4-1. Aunque el japonés Ohtani no tuvo su mejor noche en el plato, respondió en el momento justo. La quinta carrera llegó en el octavo, cortesía de un imparable de Tommy Edman, cerrando la cuenta en 5-1.
Con diez hits en total, los Dodgers mostraron una ofensiva profunda, paciente y bien sincronizada. El relevo mantuvo el control en las últimas entradas, cerrando el juego sin permitir libertades a Yelich ni a Contreras, los bates más peligrosos de Milwaukee.
Yamamoto (1-0) se llevó la victoria con una actuación que reafirma su valor en la rotación angelina. Freddy Peralta cargó con la derrota tras cinco entradas complicadas donde no logró contener el empuje rival.
Con este triunfo, los Dodgers extienden su buen momento y confirman que su “clásico power” sigue intacto. Milwaukee, en cambio, tendrá que reorganizar su ofensiva si no quiere que la serie se le escape frente a su propia fanaticada.