Trump confirma el ataque y dice que la embarcación estaba vinculada al narcotráfico
Madrid. – Al menos seis personas murieron este martes tras un bombardeo de Estados Unidos contra una presunta narcolancha en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela, según informó el presidente Donald Trump.
El mandatario explicó que el ataque fue ordenado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, como parte de las operaciones militares que Washington mantiene en el Caribe en lo que califica como una “guerra contra los cárteles de la droga”.
A través de su cuenta en Truth Social, Trump aseguró que el bombardeo fue “un ataque cinético letal” contra una embarcación afiliada a una “organización terrorista designada” dedicada al narcotráfico. Dijo que los servicios de inteligencia confirmaron que el bote transportaba narcóticos y estaba ligado a redes de narcoterrorismo.
“El ataque se llevó a cabo en aguas internacionales, y los seis hombres a bordo murieron en el acto”, detalló el presidente estadounidense, señalando que la embarcación navegaba por una ruta usada frecuentemente por grupos criminales.
El episodio ocurre en medio del incremento de las operaciones militares de Estados Unidos en la región, que el propio Trump justificó como una respuesta al “creciente peligro” que, según él, representan los cárteles de la droga en el Caribe y Sudamérica.
A finales de septiembre, el mandatario ya había advertido que su gobierno evaluaba “muy seriamente” extender sus acciones militares a territorio venezolano, alegando que los cárteles operan con impunidad en ese país. “Venezuela sigue siendo muy, muy peligrosa”, afirmó en ese momento.
En respuesta, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, firmó un decreto que declara el estado de conmoción externa, una medida que permitiría activar un régimen especial en caso de agresión militar. Caracas ha denunciado que las acciones y declaraciones de Trump podrían ser el preludio de una intervención directa.
La tensión entre ambos países vuelve a escalar tras este nuevo ataque, que Washington defiende como parte de su lucha antidrogas, mientras el gobierno venezolano lo considera una provocación militar en su área de influencia.
