El evento se realizó en Casa de Campo y reunió a inversionistas del proyecto
La brisa de La Romana soplaba suavemente sobre el césped de Dientes de Perro, mientras un grupo selecto de golfistas se preparaba para una jornada poco común. No era un torneo cualquiera ni una práctica rutinaria. Se trataba de una clínica exclusiva dirigida por Sean Foley, uno de los entrenadores más respetados en el mundo del golf, conocido por haber trabajado con leyendas como Tiger Woods y Justin Rose.


La actividad fue organizada por el Fideicomiso Punta Bergantín como parte de su programa de experiencias para socios fundadores. Foley, acompañado por el también instructor Tyler McGhie, guió a veinte participantes divididos en dos grupos, en sesiones prácticas que abarcaron desde el juego largo hasta el corto. Cada detalle fue cuidado: desde la selección del espacio en el área de entrenamiento de Dientes de Perro, hasta el uso de tecnología de punta como el sistema Trackman, que permite analizar el swing y otros aspectos técnicos con precisión milimétrica.
Los asistentes no solo recibieron consejos sobre cómo mejorar su técnica. Foley compartió su enfoque integral, que mezcla biomecánica, psicología del rendimiento y herramientas digitales. “El golf no es solo pegarle bien a la bola. Es entender tu cuerpo, tu mente y cómo ambos se conectan en cada golpe”, comentó durante una de las sesiones.
La clínica no fue abierta al público. Estuvo dirigida exclusivamente a los socios fundadores que participaron en el Torneo PQ, una iniciativa que forma parte del plan de relacionamiento y bienestar que Punta Bergantín ha diseñado para su comunidad de inversionistas. La idea, según explicó Andrés Marranzini, director ejecutivo del proyecto, es ofrecer experiencias que vayan más allá del negocio.
“Queremos que nuestros socios vivan el proyecto. Que lo sientan como parte de su estilo de vida. Esta clínica con Sean Foley es una muestra de lo que buscamos: espacios de aprendizaje, disfrute y crecimiento personal en ambientes de primer nivel”, expresó Marranzini, mientras observaba a los participantes recibir asesoría personalizada en el Performance Center.
La jornada transcurrió entre risas, concentración y camaradería. Foley, con su estilo directo y relajado, logró conectar con los golfistas, muchos de los cuales se mostraron impresionados por la calidad del entrenamiento. “No todos los días uno tiene la oportunidad de recibir consejos de alguien que ha entrenado a Tiger Woods”, comentó uno de los asistentes, mientras revisaba su análisis de swing en la pantalla del Trackman.
Más allá del golf, el evento dejó claro el tipo de comunidad que Punta Bergantín quiere construir: una donde el bienestar, la excelencia y el disfrute se entrelazan. Con actividades como esta, el proyecto reafirma su compromiso de ofrecer a sus socios espacios exclusivos, pensados para fortalecer vínculos y promover un estilo de vida activo y sofisticado.
La clínica cerró con un brindis informal entre los participantes, quienes agradecieron la oportunidad de compartir con Foley y McGhie en un ambiente tan privilegiado. “Esto no fue solo una clase de golf. Fue una experiencia que uno se lleva para siempre”, dijo otro de los socios, mientras guardaba sus palos y se despedía del grupo.
Punta Bergantín sigue apostando por iniciativas que marquen la diferencia. Y si esta clínica es una muestra de lo que viene, los inversionistas pueden esperar mucho más que buenos negocios: pueden esperar vivencias memorables.