Evita comentar sobre los supuestos negocios internacionales del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, alegando "respeto institucional".
MADRID. El Gobierno español ha optado por el silencio y el "respeto institucional" para evitar pronunciarse sobre los supuestos negocios internacionales del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, actividades que han sido puestas bajo el foco mediático tras la implicación del empresario Víctor de Aldama en la trama Koldo-Ábalos-Cerdán.
El grupo parlamentario Vox había registrado una serie de preguntas en el Congreso dirigidas al Ejecutivo para saber el alcance de su conocimiento sobre estos movimientos y si planeaba iniciar algún tipo de investigación. Sin embargo, la respuesta del Gobierno de Pedro Sánchez ha sido escueta y cortante.
La polémica saltó a la luz luego de que diversos medios de comunicación revelaran que De Aldama, figura clave en la mediática trama de corrupción, poseería documentos que vincularían a Zapatero con operaciones en Venezuela, República Dominicana y China. Estas actividades incluirían negocios en el sector de hidrocarburos y, supuestamente, financiación para la Internacional Socialista.
Ante estas informaciones, los diputados de Santiago Abascal intentaron forzar al Ejecutivo a dar explicaciones. La batería de preguntas era precisa: ¿Qué conocimiento tiene el Gobierno de las actividades internacionales de Zapatero? ¿Se abrirá alguna investigación? Y, más importante aún, ¿qué mecanismos de control y supervisión existen para prevenir posibles conflictos de interés o el "uso indebido de influencia" por parte de antiguos o actuales cargos en sus actividades económicas en el extranjero?
La respuesta oficial, a la que tuvo acceso Europa Press, dejó poco espacio a la interpretación. El Gobierno se limitó a recordar a Vox que, "por respeto institucional, no opina o valora" la actuación de los expresidentes del Gobierno. Un argumento que, si bien es utilizado con frecuencia en la política, en este caso sirve como un escudo blindado ante la presión de la oposición.
La negativa a comentar o investigar las actividades de un expresidente, máxime cuando estas han sido relacionadas con una trama de corrupción que afecta al PSOE y a exministros socialistas, ha sido interpretada por Vox como una falta de transparencia.
El Ejecutivo, no obstante, se mantiene firme en su postura de distancia y cautela, cerrando la puerta a la posibilidad de arrojar luz sobre las complejas gestiones que Zapatero ha desarrollado en el ámbito internacional tras dejar La Moncloa.