El flujo de divisas creció 11.4 % entre enero y septiembre, impulsado desde Estados Unidos
Santo Domingo. – La diáspora dominicana continúa siendo uno de los pilares más firmes de la economía nacional. Entre enero y septiembre de 2025, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) registró un flujo de remesas de US$8,912.8 millones, lo que representa un crecimiento interanual del 11.4 %.
Solo en el mes de septiembre, el país recibió US$991.8 millones, un aumento de 11.9 % respecto al mismo periodo de 2024. Detrás de estas cifras hay algo más que estadísticas: un reflejo del vínculo afectivo y económico que millones de dominicanos mantienen con su tierra, incluso desde miles de kilómetros de distancia.
Una corriente que impulsa estabilidad y esperanza
El Banco Central subraya que este flujo constante de divisas fortalece el tipo de cambio, las reservas internacionales y el consumo interno, al tiempo que alimenta la inversión y el acceso al crédito en los sectores más vulnerables.
En palabras del propio organismo, las remesas son “la economía emocional de un país que se construye desde el exterior”.
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El 80.5 % de los envíos proviene de Estados Unidos, lo que confirma a ese país como el principal origen de los recursos enviados por la diáspora. Sin embargo, España, Italia, Haití, Suiza, Canadá y Francia también figuran como mercados relevantes.
En el ámbito nacional, el Distrito Nacional, Santiago y Santo Domingo concentran el 65 % de las remesas recibidas, lo que evidencia la fortaleza económica de las principales zonas urbanas del país y su conexión directa con las comunidades dominicanas en el extranjero.
Reservas robustas y perspectivas en alza
Con reservas internacionales ascendentes a US$13,294.8 millones, equivalentes al 10.4 % del Producto Interno Bruto, la República Dominicana mantiene una posición sólida frente a las tensiones económicas globales.
De acuerdo con las proyecciones del BCRD, el país podría cerrar 2025 con más de US$11,700 millones en remesas, acompañadas por una inversión extranjera directa de aproximadamente US$4,800 millones. Ese panorama confirma la resiliencia de la economía dominicana y la confianza sostenida de los inversionistas.
Pero más allá de las cifras, el Banco Central quiso poner énfasis en el componente humano de este fenómeno: “Cada dólar enviado es más que una cifra: es un gesto de amor, un acto de fe, una apuesta por el futuro”.
En definitiva, el informe no solo presenta un balance económico, sino una declaración de gratitud. Cada envío desde Nueva York, Madrid o Zúrich se traduce en una contribución tangible al bienestar nacional.
La diáspora no solo envía dinero; envía confianza, estabilidad y esperanza, sosteniendo, desde fuera, el pulso financiero y emocional de toda una nación.
