Washington se paraliza: ajustes de personal y un ultimátum para pagar a las tropas federales
Washington, D.C. — La prolongada paralización del Gobierno de Estados Unidos, que hoy cumple su duodécima jornada, ha dejado de ser solo una disputa política sobre la financiación federal. Ha escalado a una crisis laboral con consecuencias directas para miles de familias, al materializarse la temida ola de despidos masivos.
El hacha de las “reducciones de personal” (RIF, por sus siglas en inglés) ha caído sobre el funcionariado federal, tal como lo confirmó el director de la Oficina de Administración y Presupuesto, Russell Vought, en su cuenta de X. En esta primera ronda, la cifra de empleados suspendidos ya supera los 4.100, provenientes de diversas agencias y departamentos cruciales.
El ajuste de cuentas en las agencias
La administración de Donald Trump, inmersa en una táctica de ajuste ideológico, está enfocando los recortes en áreas que considera políticamente sensibles o alineadas con el Partido Demócrata.
Uno de los ejemplos más notables de este tijeretazo se vio la noche del viernes en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), institución vital para la seguridad sanitaria del país. Reportes de la prensa local indican que los CDC sufrieron una nueva y drástica ronda de despidos.
Entre los afectados se cuentan epidemiólogos y especialistas en prevención de brotes, junto a personal de oficinas clave de políticas y datos. Este vaciamiento de personal experto en plena tensión sanitaria global genera gran inquietud sobre la capacidad operativa de la nación para enfrentar futuras crisis.
La batalla por el pago a los militares
Con la fecha límite del 15 de octubre acechando y sin un acuerdo a la vista entre republicanos y demócratas, el debate en el Capitolio alcanzó un punto de máxima efervescencia. La Casa Blanca se vio obligada a actuar para mitigar una potencial crisis de moral y seguridad.
Ante la amenaza de que 1,3 millones de militares se quedaran sin su sueldo a mitad de semana, el presidente Trump instruyó al secretario de Defensa, Pete Hegseth, a utilizar fondos federales disponibles. “Hemos identificado fondos para esto, y el secretario Hegseth los utilizará para PAGAR A NUESTRAS TROPAS”, sentenció el mandatario en su plataforma Truth Social.
Este movimiento se produjo después de que los miembros del Senado abandonaran el Capitolio por el feriado de Columbus Day, sin lograr votar una financiación provisional que evitara la paralización de los salarios. El pago a las fuerzas armadas se convirtió, así, en un tema candente utilizado por la Casa Blanca para presionar al Congreso.
Mientras los republicanos, que controlan ambas cámaras, siguen a la defensiva por la impopularidad del shutdown, los demócratas han logrado mantener la atención médica como eje central de las negociaciones presupuestarias, buscando poner en aprietos a la mayoría.
Todo esto ocurre con la tensión latente en la calle. La administración Trump cerró la semana enfrentando desafíos legales por su orden de desplegar a la Guardia Nacional en ciudades clave como Portland, Oregón, y Chicago, Illinois, manteniendo una confrontación de alto nivel con las autoridades estatales.
El shutdown es más que una simple falta de fondos; es una purga interna y un pulso de poder sin precedentes.