China estrecha el cerco aduanero a los semiconductores importados para impulsar su industria local.
China.- Beijing ha intensificado el control aduanero sobre la importación de microchips extranjeros, incluyendo los de la gigante estadounidense Nvidia, como parte de una estrategia más amplia para blindar y potenciar su propia industria de semiconductores. La medida supone una escalada en la ya tensa carrera tecnológica global.
Según reportó el Financial Times, citando a fuentes con conocimiento de la situación, el Gobierno chino ha desplegado inspectores de aduanas en los principales puertos del país durante las últimas semanas, con la misión de someter los envíos de chips a "comprobaciones rigurosas".
El 'veto silencioso' a los chips americanos
El foco inicial de estas inspecciones apunta a hacer cumplir una 'recomendación' informal, pero firme, emanada del Ejecutivo de Xi Jinping: que las compañías chinas cancelen o eviten encargar los modelos H20 y RTX Pro 6000D. Paradójicamente, estos chips fueron diseñados por la propia Nvidia como versiones "reducidas" o 'involucionadas' para poder sortear las restricciones de exportación impuestas por Washington. Sin embargo, parece que ni este esfuerzo por cumplir las normativas estadounidenses es suficiente para el celoso control de Beijing.
Lo que comenzó como una vigilancia específica se ha transformado, según una de las fuentes consultadas, en un control generalizado que abarca todos los productos avanzados de semiconductores. La razón esgrimida es frenar el contrabando de chips de alta gama que logran sortear las sanciones impuestas por la administración de Donald Trump, y que se han convertido en un lucrativo mercado negro.
De hecho, el FT recordó que se estima que entre junio y agosto pasado, chips de última generación de Nvidia por un valor de al menos 1.000 millones de dólares (unos 864,2 millones de euros) ingresaron al país de forma ilegal.
Además de los controles fronterizos, el cerco también se ha extendido al interior. Dos de las personas familiarizadas con el asunto indicaron que las autoridades están investigando si las empresas chinas han realizado declaraciones de importación falsas para encubrir la entrada de semiconductores avanzados.
Asuntos legales adicionales
El endurecimiento en las aduanas no es la única vía por la que Beijing está presionando a las tecnológicas extranjeras. La Administración Estatal de Regulación del Mercado de China (SAMR) ha abierto recientemente varios frentes legales.
Este mismo viernes, el organismo ha iniciado una investigación formal contra la norteamericana Qualcomm por una posible infracción de la legislación antimonopolio relacionada con la adquisición de la compañía israelí Autotalks. Por si fuera poco, la misma SAMR había abierto un expediente preliminar en septiembre contra Nvidia por presuntas violaciones a la misma normativa.
Además, se lanzó una advertencia a la firma dirigida por Jensen Huang, señalando que podría haber incumplido los compromisos adquiridos en 2020 durante la compra de la también israelí Mellanox Technologies.
En un contexto de alta fricción geopolítica y tecnológica, China está jugando todas sus cartas, desde la presión aduanera hasta las investigaciones antimonopolio, para asegurar su soberanía tecnológica y afianzar la posición de sus campeones nacionales frente a la competencia occidental.