Un error en el undécimo selló la remontada de Los Ángeles en casa
LOS ÁNGELES – A veces los juegos no se ganan con batazos espectaculares, sino con paciencia, presión… y errores ajenos. Los Dodgers de Los Ángeles remontaron este jueves por la noche y se llevaron un triunfo sufrido 2-1 sobre los Filis de Filadelfia en entradas extras, gracias a un costoso error del lanzador Orion Kerkering en el undécimo inning que permitió la carrera del gane.
El duelo fue una batalla de pitcheo y resiliencia que mantuvo a ambos equipos caminando por la cornisa durante más de cuatro horas. Los Filis abrieron la pizarra en la séptima entrada con un doble de Nick Castellanos que trajo al plato a Max Kepler. Hasta ese momento, parecía que Filadelfia tenía el control del juego y una probabilidad de victoria superior al 70 %.
Pero el béisbol no entiende de estadísticas.
La respuesta angelina llegó en el mismo séptimo capítulo, cuando un rally silencioso –y algo caótico– empató las acciones. Con dos outs y las bases congestionadas, Mookie Betts recibió boleto y trajo la del empate. Fue un golpe anímico que cambió por completo el ambiente en el Dodger Stadium.
Aunque los Dodgers dejaron ir la oportunidad de irse arriba en esa entrada –con Teoscar Hernández ponchándose para cerrar la amenaza–, el equipo supo mantenerse en la pelea mientras la noche se hacía más larga y tensa.
En la décima no hubo movimiento. En la alta de la undécima, el bullpen angelino logró contener a los Filis, y tocó el turno de cerrar el juego.
Shohei Ohtani fue el primero en pararse en la caja, pero cayó sin hacer swing. Le siguió Freddie Freeman, mismo destino. Todo apuntaba a que se irían al doceavo… hasta que Max Muncy soltó un rodado al centro que puso corredores en las esquinas. Después, Enrique Hernández negoció boleto y llenó las bases.
- Con dos outs, Andy Pages conectó un batazo inofensivo que parecía el tercero definitivo, pero el lanzador Orion Kerkering cometió el error de la noche: no pudo manejar la pelota, y en la confusión, Hyeseong Kim cruzó el plato para sellar la victoria de los Dodgers.
No fue bonito, pero sí efectivo.
Con este triunfo, Los Ángeles sigue demostrando que puede ganar incluso en noches donde el bateo de poder no aparece. Mientras tanto, Filadelfia se lleva un golpe doloroso, no por la forma en que jugaron ocho entradas, sino por cómo se les escapó el juego al final.
Así es el béisbol. A veces lo ganas con un swing, y otras, simplemente no atrapando la pelota.