El evento, cargado de dominicanidad y emotividad, fue encabezado por la vicepresidenta Raquel Peña.
Santo Domingo.- La noche en el Teatro Nacional no fue una más. Bajo las luces, rodeado de autoridades, artistas, diplomáticos y figuras del liderazgo social, el nombre de Augusto Taveras retumbó con fuerza en cada aplauso. Emigrante, trabajador, soñador incansable, Taveras fue reconocido con la séptima edición del Premio al Emigrante Dominicano Sr. Oscar de la Renta, entregado por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX), por una vida entera dedicada a transformar su comunidad natal desde la distancia.
Desde Nueva York, donde llegó en 1971 como tantos dominicanos que buscaban una nueva oportunidad, Taveras sembró lo que hoy es un bosque frondoso de solidaridad. Su Fundación Rancheros Unidos ha marcado una diferencia real en Los Ranchos de Babosico, en Santiago de los Caballeros. Más de 500 viviendas completamente equipadas, construidas gracias a sus gestiones, son testimonio de su compromiso inquebrantable con su gente.
Pero su legado no se queda en ladrillos. A lo largo de los años, ha impulsado la construcción de centros educativos, deportivos y de salud; ha facilitado becas para estudiantes con talento y recursos limitados, y ha financiado tratamientos médicos para personas sin posibilidades. Todo esto, de la mano de organizaciones comunitarias como la Asociación de Pescadores y Agricultores de Sabana Iglesia y la Fundación Padre Emiliano Tardif.
El evento, cargado de dominicanidad y emotividad, fue encabezado por la vicepresidenta Raquel Peña y el canciller Roberto Alvarez. En su intervención, el canciller Roberto Álvarez subrayó que este tipo de reconocimientos forman parte del compromiso del gobierno de proteger y enaltecer a los dominicanos que viven en el exterior. “Nuestros emigrantes no solo aportan a la economía del país: son portadores de valores, cultura y dignidad que proyectan el verdadero rostro de la República Dominicana en el mundo”, dijo Álvarez.
Por su parte, María Alejandra Castillo, directora de Diplomacia Especializada del MIREX y coordinadora del premio, ofreció palabras sentidas: “Este galardón no premia logros personales ni títulos, sino manos que ayudan, corazones que se entregan y vidas que cambian otras vidas”.
Además del reconocimiento, Taveras recibió un premio metálico de un millón de pesos, patrocinado por Banreservas. Visiblemente emocionado, agradeció a su familia, a su comunidad y a todos los que han hecho posible que su trabajo llegue tan lejos.
La ceremonia no se limitó a un solo nombre. También se reconoció la labor de otros dominicanos destacados en el exterior, como Milly Feliz, Alec Subero, Lucy Suazo, Juan Martínez De Los Santos, Rafael Pichardo, Sofía Lachapelle, Juan Antonio Young Carrasco, Mario García y María Consuelo Jiménez Hernández De García. Desde Escocia hasta Canadá, pasando por Miami, Nueva York y España, estos compatriotas se han ganado el respeto de sus comunidades gracias a su entrega en campos como la medicina, la informática, la educación, la psicología o el liderazgo social.
El jurado del premio estuvo integrado por figuras de gran trayectoria, entre ellas Haydee Rainieri como presidenta, José Luis “Pepín” Corripio como asesor permanente, así como las destacadas María Amalia León, Eliza Bolen, Celinés Toribio y la propia María Alejandra Castillo.
El Teatro Nacional se vistió de gala para esta edición que ya se ha convertido en una tradición anual que honra el espíritu del diseñador Oscar de la Renta, cuya memoria inspira este reconocimiento. Instituido por el decreto 242-17, el premio busca resaltar el impacto positivo de la diáspora dominicana y su poder transformador, dentro y fuera del país.
La velada contó con el respaldo de Banreservas, Grupo Puntacana, Fundación Corripio, CEPM, Energas y KahKow, en un ambiente donde la emoción fue tan protagonista como los galardonados. Porque al final, historias como la de Augusto Taveras recuerdan que emigrar no es irse, sino encontrar nuevas formas de volver.