Ana Arelis Báez Pérez, de 45 años, fue encontrada en buen estado de salud tras una búsqueda intensiva en Haina.
SANTO DOMINGO.- La angustia de una familia que no sabía nada de su madre repatriada desde Puerto Rico terminó este miércoles, cuando agentes de la Dirección General de Migración (DGM) localizaron a Ana Arelis Báez Pérez deambulando cerca del elevado del 12 de Haina. La mujer, de 45 años, llevaba varios días sin contacto con sus familiares tras su llegada al país el 30 de septiembre.
El hallazgo puso fin a una búsqueda que se activó cuando Ulises Mercedes, hijo de Báez Pérez, reportó la desaparición de su madre. Inmediatamente, el vicealmirante Luis Rafael Lee Ballester, director de la DGM, ordenó un rastreo exhaustivo que culminó con la localización de la dominicana en aparente buen estado de salud.
Según explicaron las autoridades, Báez Pérez había pasado por el proceso habitual en el Centro de Procesamiento Migratorio de Haina, donde se verificó su identidad y situación legal. Al no tener antecedentes penales ni restricciones, fue puesta en libertad. Pero en lugar de dirigirse a su casa, la mujer optó por no reunirse con sus familiares. “No quería que me vieran en las condiciones en que estaba”, confesó a los agentes que la encontraron.
El caso revela el drama humano que suele acompañar a los procesos de repatriación. El comunicado que informa denla localización narra que tras localizarla, la DGM activó sus protocolos de atención, ofreciéndole apoyo psicosocial, orientación médica y asistencia jurídica. Posteriormente, fue entregada al Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos contra la Integridad Moral (DICRIM) y a sus familiares.
El vicealmirante Lee Ballester destacó que este operativo refleja el compromiso de la institución con la dignidad de las personas. “Más allá del cumplimiento de la ley, estamos para brindar acompañamiento a quienes se encuentran en condiciones de vulnerabilidad”, afirmó.
El desenlace de esta historia no solo alivia la preocupación de una familia, sino que evidencia los desafíos que enfrentan las personas repatriadas al reintegrarse a su país. Para Báez Pérez, el reencuentro con los suyos marca el comienzo de una nueva etapa, esta vez con el respaldo institucional que necesitaba en sus primeros días de regreso.