Captura prófugos y supuestos delincuentes, e incautan cientos de armas y retienen 1,170 vehículos.
La Policía Nacional puso en marcha un operativo a nivel nacional que, en apenas 12 horas, ya ha arrojado resultados contundentes contra el crimen. Bautizada como “Garantía de Paz 2.0”, esta operación relámpago está diseñada para golpear de forma simultánea a la delincuencia en todo el territorio, con un enfoque claro en el control vehicular y la reducción de la violencia en las calles.
El balance preliminar de la primera media jornada de ejecución habla por sí solo: 34 supuestos delincuentes fueron sorprendidos y apresados en flagrante delito. Además, la presión del operativo permitió la captura de tres prófugos de la justicia que ahora deberán rendir cuentas.
El despliegue no solo buscó a los ya conocidos por la ley, sino que también se centró en depurar el parque vehicular, una tarea crítica para desmantelar estructuras criminales que a menudo utilizan vehículos robados o sin documentación.
Un cerco a las irregularidades vehiculares
La revisión masiva de documentación en puntos clave de la geografía nacional resultó en una monumental retención de vehículos. Las autoridades reportaron haber revisado un total impresionante de 33,393 motocicletas. De ese vasto número, 1,152 fueron retenidas en el acto debido a la falta de la documentación exigida por la ley.
Más allá de las infracciones administrativas, el control vehicular tuvo un impacto directo en la lucha contra el robo: dos motocicletas fueron recuperadas tras confirmarse que figuraban en los registros como sustraídas. A esto se suman 18 vehículos de cuatro ruedas que también fueron retenidos por irregularidades en sus documentos y el hallazgo de uno circulando completamente sin placa. En total, la Policía inmovilizó más de 1,170 vehículos.
Armas y control migratorio
Las acciones operativas no se limitaron a las detenciones y las retenciones vehiculares. Uno de los objetivos primordiales de “Garantía de Paz 2.0” es reducir el riesgo de hechos violentos en las comunidades, lo que implicó una importante incautación de armamento.
En las inspecciones se ocuparon 281 armas blancas, la herramienta más común en asaltos y riñas callejeras. La ocupación de este arsenal es una medida directa para desescalar la violencia.
En el apartado de armas de fuego, se confiscó una pistola ilegal, se retuvo otra por falta de documentación y se ocuparon dos armas de fuego de fabricación artesanal, un peligro latente en los barrios intervenidos.
Finalmente, el operativo también sirvió para realizar un control migratorio riguroso, lo que condujo a la detención de 91 extranjeros indocumentados. Todos fueron puestos bajo la custodia de las instancias competentes para el proceso de lugar.