Su nombramiento pondría en el centro las demandas de equidad educativa
Por Jhonny Trinidad
NUEVA YORK.– El doctor Alex Marrero está en camino de hacer historia como el primer canciller de Educación de origen dominicano en la ciudad de Nueva York, un paso que podría marcar un antes y un después para las comunidades latinas en el sistema escolar más grande del país.
Su posible designación no sería solo un logro simbólico. Marrero llega con una visión clara: fortalecer los programas de inglés para estudiantes inmigrantes, incluir a los padres en la toma de decisiones y cerrar brechas que afectan directamente a barrios como El Bronx, Washington Heights y Corona.
“Nueva York se proclama capital del mundo, pero nuestras escuelas públicas siguen dejando atrás a decenas de miles de estudiantes de inglés como segundo idioma (ELL)”, afirmó Marrero en un comunicado enviado a los medios.
Un informe reciente del Contralor de la Ciudad le da la razón. Revela que más de la mitad de los estudiantes que requieren servicios especializados en inglés nunca los reciben. Marrero lo llama lo que es: una falla institucional que afecta de forma directa a comunidades como la dominicana, el grupo inmigrante más grande de la ciudad.
“Esto no es una estadística fría. Es una barrera real que limita el futuro de nuestros hijos y perpetúa desigualdades que ya conocemos: bajos ingresos, falta de acceso laboral y movilidad social estancada”, expresó.
Desde su cargo actual como superintendente en Denver, Marrero ha demostrado que un liderazgo enfocado puede generar resultados. Bajo su gestión, ese distrito escolar elevó la participación estudiantil y mejoró el rendimiento en pruebas estandarizadas, incluso en comunidades con altas tasas de estudiantes ELL. Denver Public Schools ha sido reconocida por su enfoque en equidad y participación comunitaria, principios que Marrero defiende con convicción.
“El sistema escolar necesita una dirección que entienda tanto la urgencia del problema como la oportunidad de cambiarlo”, sostiene.
Su trayectoria contrasta con lo que muchos ven como negligencia prolongada del Departamento de Educación de Nueva York. Por eso, su eventual nombramiento no solo sería un triunfo personal, sino también un mensaje de que la ciudad está lista para dejar de posar para la foto y empezar a actuar.
“Los neoyorquinos no queremos diversidad de escaparate. Queremos justicia real, en los presupuestos, en los contratos, y sobre todo, en las aulas”, expresó un padre que respalda la candidatura de Marrero.