Marco Rubio celebra fin de la "era de impunidad" y pide apoyo global para misión de seguridad.
El Gobierno de Estados Unidos ha recibido con entusiasmo la decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de aprobar la nueva fuerza de seguridad para Haití, una iniciativa impulsada por la propia nación norteamericana junto a Panamá.
De inmediato, Washington ha prometido "trabajar de cerca" con sus socios internacionales para garantizar el "rápido despliegue" de la denominada Fuerza de Supresión de Pandillas (GSF), vital para frenar la escalada de violencia e inseguridad que tiene a Haití al borde del colapso.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, fue directo en su declaración, aplaudiendo la adopción de la resolución que transforma la anterior Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en la GSF. Además, se autoriza el establecimiento de una Oficina de Apoyo de Naciones Unidas en Haití (UNSOH).

Un modelo de carga compartida
Según Rubio, la GSF está diseñada para "abordar los desafíos inmediatos de seguridad" en Haití, sirviendo como un paso crucial para allanar el camino hacia una estabilidad duradera. El secretario de Estado también extendió un reconocimiento a los esfuerzos de Kenia y de todos los países que previamente se habían comprometido bajo el modelo MSS.
La nueva fuerza, explicó el funcionario, "evolucionará a un modelo de carga internacional compartida" y contará con los suficientes recursos para combatir de manera efectiva a las poderosas pandillas que dominan gran parte de la capital haitiana y sus alrededores.
"El mensaje del Consejo de Seguridad es claro: la era de la impunidad para quienes buscan desestabilizar Haití ha terminado", sentenció Rubio, quien subrayó el compromiso de Estados Unidos de colaborar con todas las partes interesadas.
El llamamiento es global: "Hacemos un llamamiento a todas las naciones para que se unan a nosotros en este esfuerzo crucial", zanjó el secretario. La paz, la estabilidad y la gobernanza democrática en Haití dependen ahora de la acción concertada de la comunidad internacional.
Punto de inflexión y crisis humanitaria
La resolución de la ONU salió adelante el martes con doce votos a favor y las abstenciones de China, Rusia y Pakistán. Se fija un periodo inicial de doce meses para la operación de la GSF.
El presidente de transición de Haití, Laurent Saint-Cyr, calificó la decisión como un "punto de inflexión decisivo" para poder combatir a los grupos armados que, según él, "amenazan el futuro" de la nación caribeña.
La necesidad de esta fuerza es crítica. Una oleada de violencia descontrolada a principios de 2024 llevó a la dimisión del entonces primer ministro, Ariel Henry, y a la creación de un Consejo Presidencial de Transición para intentar pacificar el país y convocar elecciones. La inseguridad crónica no solo ha paralizado la vida política, sino que ha agravado una severa crisis humanitaria, dejando cerca de 1.3 millones de desplazados internos. La GSF representa ahora la esperanza más concreta para poner fin a este ciclo de terror. Con datos de Europa Press.