La cruda confesión del sospechoso revela un crimen de odio y venganza fría
El caso del triple asesinato que ha helado a la comunidad dominicana en el condado de Berks ha dado un giro escalofriante. José Luis Rodríguez, de 61 años, enfrenta ahora tres cargos de asesinato en primer grado y abuso de cadáver, luego de una confesión que no solo lo incrimina, sino que detalla una secuencia de hechos de una brutalidad perturbadora.
El Fiscal de Distrito de Berks, John T. Adams, ha confirmado que su oficina ya sopesa solicitar la pena de muerte para Rodríguez, una medida que subraya la gravedad y la premeditación de los crímenes.
Todo comenzó la noche del 13 de septiembre, cuando el cuerpo de Junior Cabrera-Colón, de 32 años, fue encontrado sin vida en un campo con una herida de bala en la cabeza. "Él vino a Estados Unidos pa’ un futuro… cuando cobraba, decía que iba a mandar el dinero para Santo Domingo para su familia", comentó Omar, un amigo de la víctima, aún en shock.

El plan frío: venganza y muerte
Días después, la detención de Rodríguez destapó la verdadera dimensión de la tragedia. Según la Fiscalía, el asesino confeso admitió haber tenido una relación previa con Geraldina Peguero-Mancebo, de 31 años, esposa de Junior, y que su móvil era la venganza. Rodríguez, supuestamente furioso porque Geraldina se negaba a dejar a su marido y le "tomaba dinero", decidió planear su asesinato.
La cronología de los hechos, reconstruida a partir de la confesión, es desgarradora. El 12 de septiembre, el día que la Fiscalía marca como el del crimen, Geraldina y su hijo, el pequeño Jeydon Junior Peguero, de tan solo un año, subieron al vehículo de Rodríguez.
El sospechoso admitió haberle disparado a Geraldina por la parte trasera del cráneo. Lo que vino después eleva el crimen a una categoría de horror: Rodríguez confesó que, posteriormente, arrojó al niño de un año a un estanque lleno de agua y lodo, mientras el pequeño aún estaba vivo.
La autopsia confirmó la crueldad del acto: "La autopsia del menor reveló que tenía lodo en los pulmones, lo que indica que murió ahogado", informó Adams en rueda de prensa. El cuerpo del bebé fue hallado parcialmente sumergido en una zona pantanosa al día siguiente. La Fiscalía mantiene que Rodríguez actuó solo.
La decisión sobre la pena capital
La confesión no solo detalló los asesinatos, sino que también demostró un grado de planificación y metodología por parte de Rodríguez. El lunes siguiente a los crímenes, el sospechoso guio a los detectives al lugar donde había escondido las pertenencias de Geraldina—incluyendo su cartera y teléfono—y, crucialmente, la pistola utilizada en los homicidios.
A la luz de estas revelaciones, el Fiscal de Distrito presentó los cargos adicionales por el asesinato de Geraldina y el bebé Jeydon, sumándose al cargo que ya enfrentaba por la muerte de Junior Cabrera-Colón. Rodríguez permanece detenido, sin derecho a fianza, en la cárcel del condado de Berks.
Mientras la familia de las víctimas gestiona la repatriación de los cuerpos a República Dominicana, dejando a tres hijos de Geraldina en la orfandad, el fiscal Adams subraya que la solicitud de la pena de muerte es una consideración seria y activa, aunque la decisión final aún está pendiente. Asegura que el brutal triple asesinato será juzgado con la máxima severidad que permite la ley de Pensilvania.