El Ministerio Público ocupa 6 autobuses, 4 yates y 7 inmuebles a red de narcos
SANTO DOMINGO. El Ministerio Público ha puesto punto final a la Operación Búfalo NK, la compleja investigación contra una poderosa red internacional de narcotráfico, con una estocada financiera contundente. Las autoridades han reportado incautaciones millonarias de bienes vinculados directamente al imputado principal, Isidoro Rotestan Clase, y a su círculo de testaferros.
Los equipos de investigación han logrado confiscar un paquete significativo de activos en esta última fase. Entre los bienes ocupados figuran seis autobuses cuyo valor se estima en unos $24.4 millones de pesos, además de cuatro embarcaciones y siete inmuebles valorados en aproximadamente $60 millones de pesos. Un golpe directo al patrimonio ilícito del capo.
Es importante destacar que a Rotestan Clase ya se le habían incautado otras propiedades de alto valor en fases previas de la operación, incluyendo una finca en Puerto Plata, varios vehículos de lujo, dinero en efectivo, un penthouse en el exclusivo sector de Bella Vista y un apartamento en el Distrito Nacional, además de un centro de bebidas con car wash.
Condenas ejecutadas: la justicia actúa
La judicialización de este proceso ha resultado en un total de nueve condenas en firme. El grupo sentenciado, que aceptó su responsabilidad penal, incluye a José Antonio Toribio, Juan Bolívar Hernández, Robert Nicolás Acosta Adames, Severiano Núñez Pichardo y Maritza Flete Santana.
Estos individuos fueron hallados culpables de violar múltiples artículos de la Ley 50-88 sobre Drogas y Sustancias Controladas y del Código Penal. Los cargos abarcan desde tráfico internacional de drogas y lavado de activos hasta asociación de malhechores y violaciones a la ley de armas. La sentencia confirma la efectividad de la colaboración interinstitucional.
La Operación Búfalo NK fue lanzada con fuerza en septiembre de 2024. Su éxito se debe a una intensa coordinación entre el Ministerio Público, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), el Ministerio de Defensa, diversas agencias de inteligencia, la DEA y el Comando Sur de Estados Unidos.
Esta red criminal tenía un alcance transnacional, operando un sofisticado corredor de tráfico entre Colombia, Venezuela, la República Dominicana, Puerto Rico y Europa. Su método era simple pero efectivo: utilizar embarcaciones para mover drogas a gran escala y obtener millonarios beneficios ilícitos.
Un total de 17 fiscales estuvieron al frente de la operación, que desplegó equipos en múltiples puntos del país, incluyendo Puerto Plata, Nagua, San Pedro, Hato Mayor, La Romana y el Distrito Nacional. El cierre de Búfalo NK no solo castiga a los criminales, sino que desmantela una compleja estructura financiera que operaba a la sombra.