El gobierno haitiano agradece a EE.UU. y Panamá por impulsar la resolución
Puerto Príncipe.– El gobierno de transición en Haití recibió con los brazos abiertos la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU para desplegar una nueva fuerza internacional contra las pandillas. El presidente interino, Laurent Saint-Cyr, calificó la resolución como un “punto de inflexión decisivo” frente a la violencia que ahoga al país desde hace años.
“Este voto marca un antes y un después en la lucha contra los grupos criminales armados que destrozan a nuestras familias, bloquean la economía y comprometen el futuro de nuestra nación”, dice el comunicado emitido por la presidencia haitiana a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter).
La resolución, propuesta por Estados Unidos y Panamá, recibió el respaldo de 12 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad. China, Rusia y Pakistán optaron por abstenerse. A pesar de las reservas de estos tres países, el gobierno haitiano expresó su “profunda gratitud” a quienes votaron a favor, con mención especial a Washington y Ciudad de Panamá por liderar la iniciativa.
Saint-Cyr, quien asumió el cargo en agosto tras la salida de Ariel Henry, destacó también el papel de las conversaciones bilaterales sostenidas al margen de la Asamblea General de la ONU, que concluyó esta semana en Nueva York. “El grito de auxilio de Haití fue escuchado. El mundo entendió que no se puede perder más tiempo para recuperar la seguridad en nuestro territorio”, expresó.
El llamado ahora es claro: Haití pide a todos los países miembros de la ONU que respalden sin reservas la implementación rápida y efectiva de esta nueva fuerza, conocida por sus siglas en francés como GSF (Fuerza de Supresión de Pandillas). “Nuestra disposición es total para cooperar estrechamente con la comunidad internacional”, aseguró el presidente de transición.
La resolución contempla que la GSF actúe durante un primer periodo de doce meses, con la posibilidad de extensión. Esta fuerza será una evolución de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), que ya operaba en el país desde octubre de 2023 bajo el liderazgo de Kenia, pero que hasta ahora no había logrado consolidarse por falta de fondos, equipos y personal suficiente.
Mientras tanto, el país sigue en una situación crítica. A inicios de este año, una nueva ola de violencia paralizó varias zonas de la capital y empujó a Ariel Henry a dejar el poder. Desde entonces, se instaló un Consejo Presidencial de Transición con la promesa de encaminar al país hacia elecciones legítimas. Pero el ambiente sigue siendo volátil: las pandillas siguen controlando barrios completos, los desplazamientos forzados aumentan, y la economía sigue en caída libre.
El propio Saint-Cyr reconoció que el restablecimiento de la seguridad es la principal demanda del pueblo haitiano. Sin eso, dice, no hay manera de garantizar el libre tránsito, reactivar los negocios, permitir el regreso de los desplazados ni organizar elecciones creíbles. “Es la base de todo. Y estamos comprometidos a trabajar sin descanso para lograrlo”, afirmó.
Actualmente, se estima que más de 1.3 millones de personas han sido desplazadas internamente como consecuencia directa del accionar de las pandillas y del deterioro constante de las condiciones de vida. Con este nuevo respaldo internacional, Haití espera al fin poder cambiar la historia.