La mexicana fue reconocida por su estudio sobre participación indígena en Bolivia
SANTO DOMINGO.– La quinta edición del Premio UNESCO/Juan Bosch para la Promoción de la Investigación en Ciencias Sociales ya tiene nombre y apellido: Romina Quezada Morales, investigadora mexicana que se alzó con el galardón gracias a su estudio titulado “Participación indígena en la educación global y el narrador indígena en Bolivia”.
El acto de premiación se llevó a cabo en Santo Domingo, con la participación de autoridades diplomáticas, representantes de organismos internacionales y figuras del ámbito académico. El evento, que reúne lo mejor del pensamiento joven de América Latina y el Caribe, se convirtió en una plataforma de reconocimiento para trabajos comprometidos con la realidad social de la región.
La ceremonia inició con las palabras de bienvenida del embajador José Espaillat, rector del Instituto de Educación Superior en Formación Diplomática y Consular (INESDYC), quien resaltó la importancia del premio como motor para el desarrollo de una nueva generación de investigadores críticos.
Le siguió en el turno la embajadora dominicana ante la UNESCO, Larissa Veloz Santana, quien subrayó que el premio no solo reconoce la excelencia académica, sino que también abre puertas al pensamiento transformador que América Latina necesita. “Este galardón va más allá de un mérito personal. Es una forma de dar visibilidad a quienes se atreven a cuestionar, a investigar y a proponer cambios desde las ciencias sociales”, expresó.
En ese mismo tono, Anne Lemaistre, directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO, destacó que la edición 2025 marca un punto de inflexión para la consolidación del premio como referente regional. Anunció, además, que las postulaciones para la próxima entrega se abrirán a finales de este año.
Una premiación con acento mexicano
La galardonada, Romina Quezada Morales, no es una desconocida en los círculos académicos. Con una formación que cruza las fronteras de la pedagogía, la traducción y la ciencia política, su perfil multidisciplinario le ha permitido abordar temas complejos desde una mirada integral. Posee una licenciatura en enseñanza del inglés, dos maestrías en traducción especializada, un doctorado en educación internacional y comparada, y una especialización en ciencias políticas.
Su investigación premiada ahonda en la representación de las voces indígenas dentro de los sistemas educativos, particularmente en Bolivia, y plantea preguntas clave sobre la inclusión, la autodeterminación y la revalorización de saberes ancestrales en contextos de educación globalizada.
Durante su discurso de agradecimiento, Quezada Morales no escatimó en reconocimiento a la República Dominicana. “El hecho de que este país del Caribe lleve a cabo esta iniciativa pone de relieve su gran capacidad de ser líder del desarrollo, sensible a nuestras problemáticas sociales”, afirmó. También aprovechó la oportunidad para resaltar el papel de la academia como motor de cambio: “La investigación crítica es una forma de resistencia y, al mismo tiempo, una herramienta para construir mejores políticas públicas”.
Presencias destacadas y espíritu de integración
La entrega del galardón estuvo acompañada de una delegación diversa. Entre los presentes se encontraban Francina Grullón, embajadora encargada del Departamento de Asuntos de la OEA; Conrado Peguero, presidente de la Fundación Juan Bosch; y otras personalidades del ámbito cultural y diplomático.
Uno de los momentos más significativos fue la participación del embajador de México en República Dominicana, quien acompañó el evento como muestra del vínculo académico, cultural y político que une a ambos países. Su presencia reforzó el valor simbólico de un reconocimiento que no solo celebra una trayectoria individual, sino también la cooperación entre naciones para impulsar la investigación social en la región.
El legado de Juan Bosch, más vigente que nunca
Creado en 2009, el Premio UNESCO/Juan Bosch busca homenajear la figura del profesor Bosch, no solo como político e intelectual dominicano, sino como símbolo del pensamiento humanista latinoamericano. Financiado por el Gobierno de la República Dominicana, el premio está dirigido a jóvenes investigadores que destaquen por sus tesis en ciencias sociales y humanas.
La distinción se centra en fomentar una investigación rigurosa, crítica e independiente sobre los desafíos contemporáneos que enfrenta América Latina y el Caribe. Más allá de lo académico, este reconocimiento promueve el compromiso ético con la transformación social.
La edición de este año, celebrada en la capital dominicana, no solo entregó un trofeo: renovó el impulso a la juventud pensante, a las causas que importan y al papel clave que la investigación social desempeña en la construcción de una región más justa e inclusiva. Como bien dijo uno de los oradores: “Mientras existan jóvenes que investiguen con pasión, el legado de Juan Bosch seguirá vivo”.