Tras cuatro décadas, la tonadillera se muda a República Dominicana para sanar deudas y relanzar su carrera.
La leyenda de Isabel Pantoja abre un nuevo y trascendental capítulo. Tras meses de intensos rumores, la tonadillera ha puesto fin a una era de casi cuatro décadas al abandonar definitivamente su finca Cantora, el icónico refugio gaditano cargado de historias, tragedias y controversias.
El desmantelamiento de la propiedad, gestionado por su inseparable hermano Agustín Pantoja, confirmó lo inevitable: la artista hace las maletas y se marcha de España, con la vista puesta en República Dominicana como su nuevo centro de operaciones.
El fin de una era y la deuda de Hacienda
La decisión, aseguran fuentes cercanas, no es solo un capricho. El abandono de Cantora simboliza la necesidad de un respiro económico y mediático. La finca, insostenible financieramente, era el ancla de una vida marcada por la presión y la gran deuda que la cantante mantiene con Hacienda.
Al dejar atrás el que fue su hogar desde la muerte de Paquirri, Pantoja busca un cambio de escenario radical. El Caribe se presenta como un lienzo en blanco para relanzar su carrera internacional, lejos del saturado foco mediático español que ha convertido su vida privada en un serial interminable.
"Ella ve en este cambio una oportunidad para empezar de cero, para centrarse en su música y en un nuevo público", señalan en su entorno.
De la crisis a la nueva música
Este giro vital coincide con un momento de gran actividad profesional, aunque envuelto en conflictos personales:
La Pantoja ha vuelto a concentrar sus energías en el arte. Recientemente, grabó un videoclip en Madrid para una colaboración musical junto al renombrado grupo internacional Il Divo, un proyecto que ha despertado su entusiasmo.
Además, se ha confirmado que su vida será objeto de una docuserie y una ficción para televisión, un ambicioso proyecto que coincide con la celebración de sus 50 años sobre los escenarios.
Salud y distanciamiento familiar
Sin embargo, el optimismo profesional contrasta con su realidad personal. La cantante arrastra problemas de salud. Fue ingresada de urgencia hace meses (marzo de 2025) a causa de una nefropatía diabética y una tromboflebitis, dolencias que la han obligado a ralentizar el ritmo de su gira de aniversario.
En el ámbito familiar, el distanciamiento con sus hijos sigue siendo total. El reciente anuncio de la separación de Kiko Rivera e Irene Rosales la habría afectado, aunque sin que se produzca un acercamiento.
La distancia se ha mantenido también con su hija, Isa Pantoja, quien acaba de dar a luz a su segundo hijo, Cairo, sin que haya habido una felicitación pública por parte de la tonadillera.
Así, Isabel Pantoja pone rumbo a una nueva vida, buscando estabilidad económica y profesional en el extranjero, mientras la distancia se convierte en su estrategia para manejar sus problemas de salud y los conflictos familiares que la persiguen.