Empresas estadounidenses, principal fuente de IED; destacan confianza, pero alertan retos.
Santo Domingo. – Las corporaciones de Estados Unidos no solo están presentes en República Dominicana; son, de lejos, el principal motor de la Inversión Extranjera Directa (IED) que entra al país con más de US$1,161 millones en 2024.
Este capital robusto no solo impulsa las cifras macroeconómicas, sino que también se traduce en la creación de miles de empleos y afianza una relación económica bilateral que la propia embajada califica de esencial.
Así lo confirmó Patricia Aguilera, encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Santo Domingo, quien utilizó la cuenta oficial de la entidad para destacar el "clima de confianza" que, a su juicio, ha sabido promover la administración del presidente Luis Abinader.
Las cifras son contundentes. Durante 2024, la economía dominicana captó US$4,523 millones en IED total. De ese impresionante flujo, US$1,161 millones provinieron directamente de Estados Unidos, según datos de ProDominicana.
La huella económica estadounidense se consolida en el largo plazo, con un stock acumulado de US$11,821 millones en los últimos catorce años. Solo en el primer semestre de 2025, el país ha recibido $2,893 millones en IED, manteniendo un ritmo acelerado de captación de capital.
Clima favorable, retos pendientes
La embajada aprovechó la coyuntura para compartir el informe 2025 Dominican Republic Investment Climate Statement, un documento que, si bien elogia el dinamismo de la nación, también pone el dedo en la llaga sobre los problemas estructurales.
El informe destaca a República Dominicana como uno de los destinos más atractivos de la región. El atractivo reside en los incentivos fiscales, la apertura de sectores clave y la ventaja competitiva que ofrece el acuerdo comercial CAFTA-DR.
Los sectores que más están seduciendo al capital foráneo son el turismo, los bienes raíces, las telecomunicaciones, las zonas francas, la minería y la energía.
Sin embargo, el mismo documento de la Embajada lanza una advertencia clara y directa: la nación debe abordar asignaturas pendientes para mantener el ritmo y consolidar la confianza de los inversionistas internacionales.
Entre los desafíos más urgentes se encuentran los altos niveles de informalidad en la economía y los rezagos en la largamente esperada reforma del sector eléctrico.
Pero quizás los puntos más sensibles son los que tocan la fibra del Estado de derecho: la falta de transparencia en algunos procesos burocráticos y las trabas administrativas que complican las operaciones diarias.
Finalmente, el informe subraya que persisten serios cuestionamientos sobre la seguridad jurídica en la tenencia de tierras y la lentitud del sistema judicial, dos factores que, de no corregirse, podrían enfriar el optimismo empresarial en el futuro.